El alavés Mikel Landa, que intentó ganar tiempo en la décimo octava etapa del Tour de Francia pero entró en el grupo de favoritos, lamentó que ningún otro de los aspirantes para la general se animara a sumarse a su ataque.
"Era la última oportunidad y ha sido una lástima que no haya más días como este y que nadie se haya animado. Una pena, pero al menos he ganado dos puestos en la general", dijo el ciclista del Bahrain, que ahora es quinto a 3.28 del líder, el esloveno Primoz Roglic.
Landa aseguró que en la bajada del puerto, cuando se descolgó el australiano Richie Porte, tuvo buen entendimiento con Enric Mas, pero no con el colombiano Miguel Ángel López, que renunció a colaborar para distanciar al cuarto de la general. "No me gusta atacar cuando el rival pincha, pero la carrera es la carrera", dijo el español.
Landa está a 2.01 del podio, a falta de la contrarreloj en La Planche des Belles Filles del próximo sábado. "Estoy motivado para afrontarla, he trabajado mucho esa especialidad y quiero hacer una buena contrarreloj", indicó. El corredor vasco lamentó que la víspera no pudiera rematar el buen trabajo del equipo.
Landa confirmó que le apetece ir al Mundial de ciclismo, que se disputa la próxima semana. "No es en Suiza, es el Mundial soñado, voy a tratar de recuperar y a ver qué tal sale", comentó.