Parece que fue ayer cuando el Eibar consumó la gesta del ascenso a Primera División, pero la 2020-21 será la séptima temporada consecutiva del club armero en una categoría a la que se ha adaptado a las mil maravillas desde que el descenso administrativo del Elche le salvara de un infeliz regreso a Segunda en su debut en la élite. Desde entonces no han sufrido en exceso los de Ipurua para amarrarse a la categoría gracias, en gran medida, a la mano de José Luis Mendilibar, historia viva de una entidad en la que el de Zaldibar cumple su sexto curso seguido con la misma ilusión del primer día.

No puede ser de otra manera en el seno de un equipo de autor que pierde a Fabián Orellana (Valladolid) y Charles Dias (Pontevedra), aunque mantiene en sus filas al renovado Pedro León y se refuerza con el internacional polaco Damian Kadzior, un extremo con gol que intentará poner su granito de arena dentro del ecosistema armero, donde la intensidad y la concentración en cada partido y entrenamiento es innegociable en la búsqueda de la permanencia.