- La aventura de Natxo González en Portugal tan solo durará una única temporada. Apenas dos semanas después de conseguir una agónica permanencia en la máxima categoría del fútbol luso, el vitoriano y el modesto Tondela han acordado una separación de sus caminos. Por lo tanto, el antiguo técnico del Deportivo Alavés no cumplirá íntegro el contrato de dos campañas que firmó el pasado verano y le ataba al país vecino hasta junio de 2021.
"Natxo González es parte de la historia de nuestro club, habiendo logrado la mejor primera vuelta de los auriverdes en la liga y consiguiendo el mantenimiento en el escalón principal del fútbol nacional en un contexto diferente a todos los anteriores debido a la pandemia del covid-19", rezó ayer el comunicado escrito por el Tondela para despedir al entrenador gasteiztarra de 54 años.
Tras haber pasado tres temporadas en la Segunda División en las filas del Reus, Real Zaragoza y Deportivo de la Coruña, Natxo González decidió el pasado verano vivir su primera experiencia en los banquillos en el extranjero aceptando el encargo de dirigir al Tondela, uno de los equipos más modestos del fútbol luso cuyo propietario es el exfutbolista español David Belenguer.
Tras una estelar primera vuelta donde consiguió una puntuación insospechada y su equipo desplegó un fútbol alabado en todo el país luso, el objetivo de conseguir una holgada permanencia comenzó a teñirse de sombras. De esta manera, no fue hasta el último minuto de la pasada temporada cuando el técnico vitoriano recogió la recompensa a su trabajo.
Entre la falta de fichajes en el mercado invernal por parte de Hope Group, un holding de capital chino creado por Jiang Lizhang que se encarga de la gestión del Tondela, y la inesperada cantidad de puntos conseguida por otros rivales directos como el Belenenses, el Setúbal y el Portimonense, el equipo de Natxo González debió sufrir lo que no está en los escritos. Gracias a un gol de penalti materializado por Pepelu, un centrocampista cedido por el Levante, el Tondela consiguió in extremis y con todo el suspense del mundo la salvación con su triunfo (1-2) ante el Moreirense.
El conjunto luso, que representa a un pueblo de 15.000 habitantes cercano a la ciudad universitaria de Coimbra y actúa en un estadio con capacidad para tan solo 5.000 espectadores, pretendía lograr un salto de calidad de la mano del vitoriano tras pisar por primera vez la élite del fútbol luso en 2015. Es algo que finalmente ha conseguido a medias, de ahí que la continuidad de Natxo González no estuviera nada clara desde el final de la campaña. El extécnico albiazul disfruta estos días de unas merecidas vacaciones a la espera de definir su futuro, que podría pasar nuevamente por aceptar alguna oferta de la Segunda División española, donde goza de un buen cartel.