- Atiende Josean Fernández, Matxin, a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA después de una videoconferencia con su equipo, el Team Emirates. "Las reuniones son así", comenta, a modo de disculpa. En tiempos de aislamiento y de confinamiento para combatir la pandemia del coronavirus, la tecnología aproxima a las personas. El mánager de la formación de Emiratos Árabes Unidos charla con este periódico después de que la UCI haya dibujado un calendario alternativo en caso de que la pandemia del covid-19 permita su disputa. "El calendario ciclista es ahora tan anecdótico como secundario. Con la situación tan dramática que estamos viviendo todo queda en un segundo plano", subraya Matxin.
¿Cómo lleva este tiempo de confinamiento?
—Es una pregunta que ni tan siquiera me hago. Ni lo llevo ni no lo llevo. Trato de no rayarme. Es algo que no controlas, que escapa a tus capacidades. Me frustraría sobre algo que pueda gestionar y que, por lo que sea, no pueda hacerlo, pero en este caso, las cosas son como son. Además, la pandemia está y sus consecuencias están muy por encima del deporte. Lo primero es la salud de las personas. Estamos viviendo una situación dramática, con miles de fallecidos y cientos de miles de contagios. La prioridad absoluta es la salud de las personas.
¿Cómo se las arregla a la hora de gestionar el equipo desde su posición de mánager?
—Nosotros tenemos una plataforma en la que estamos conectados y un grupo de WhatsApp en el que también mantenemos la comunicación. Además, individualmente mantengo el contacto con muchos. Pero si te digo la verdad, no hablamos mucho del tema, porque noto que se genera cierta ansiedad por saber cosas que nadie sabe. Así que en ese aspecto prefiero que no se genere una preocupación extra sobre algo de lo que no tenemos respuestas, porque no disponemos de los argumentos. No se trata de una situación de normalidad en la que uno sabe de lo que habla porque dispone de elementos de juicio.
Los primeros contagios por coronavirus lo padecieron auxiliares de su equipo en el Tour de Emiratos. Fernando Gaviria, una de las estrellas del equipo, también lo sufrió. Supongo que todo aquello le generó preocupación.
—Claro que nos preocupó y lo sigue haciendo porque existe una enorme incertidumbre en toda la sociedad. Por fortuna, los médicos nos fueron tranquilizando y, honestamente, creo que nos ocurrió en el mejor país que nos podía haber pasado (Emiratos Árabes Unidos). De eso no tengo ninguna duda. Ahora tengo la sensación de revivirlo, porque lo que se plantea aquí lo viví allí hace más de un mes. De aquella experiencia tengo tres cosas claras: primero, nos pasó en un país y, vamos a hablar claro, en el que no existía ningún problema económico; segundo, que era el país de nuestro patrocinador y tercero, que nos hemos sentido los niños mimados de los patrocinadores. Mis palabras en ese aspecto son de un agradecimiento total. Quienes enfermaron han estado en una clínica inmejorable, con un tratamiento inmejorable. Nos han hecho miles de test de calidad que ahora aquí no se pueden realizar por la situación que hay. Desde allí todos vinimos aquí con un triple certificado de tres controles negativos de coronavirus y con una garantía total de salud.
La paralización de la competición por el covid-19 ha evidenciado problemas financieros en los equipos, donde se han producido recortes salariales. ¿Cuál es la situación del Emirates?
—Nosotros en ese aspecto estamos bien. Existe una cierta tranquilidad, pero tenemos una necesidad de que todo se normalice. De momento, no se ha planteado absolutamente nada en cuanto a reducción de salarios. Creo que tomar esa clase de decisiones es algo precipitado, pero entiendo que cada uno está en un situación concreta, con sus problemas. El caso del CCC, cuyas acciones han bajado un 85%, es entendible, porque la propia empresa corre un riesgo tremendo. En nuestro caso, los contratos se están respetando de manera íntegra y no se ha planteado nada en la dirección contraria, ni tan siquiera una reunión para estudiar el tema. Yo hago un planteamiento: imaginemos que las carreras se hacen, ¿entonces qué pasa? Otra cosa es que se haya hecho un 30% menos del calendario o se haya tenido un 15% menos de impacto publicitario, entonces habrá que ver cuál es el motivo por el que el patrocinador no paga.
La pandemia ha situado al ciclismo frente a la tormenta perfecta. Sin derechos de televisión para los equipos y sin pago de entrada por ver las carreras, ¿es sostenible el modelo actual?
—Tenemos que partir de la base que es un deporte popular. Existe un factor muy importante y es que no tenemos que arrastrar a la gente a los estadios. Nosotros nos desplazamos donde está la afición. Es un deporte que siempre va a existir en ese aspecto y que atrae. Hace algunos días, la ministra de Deportes francesa planteó que el Tour de Francia se podía correr sin público porque es un producto televisivo y vive de los derechos de imagen. Es cierto, sí. Pero si el fútbol genera dinero y expectación, por qué no buscamos en el ciclismo un formato que sirva para que crezcamos todos. Si el Tour de Francia vive de los derechos de imagen, por qué esos derechos de imagen no llegan a los artistas del circo, que son los ciclistas. Ellos son los que dan el espectáculo. Si realmente no se necesita el público para que se sostenga una carrera, entonces por qué no se reparten esos derechos.
Ante tanto cambio y sin apenas certezas, ¿esta temporada supone correr a ciegas?
—Creo que 2020 lo empezamos a ciegas, lo estamos transitando a ciegas y no sé cómo acabará. Eso sí, el 2020 no se le va a olvidar a nadie. El calendario es ahora tan anecdótico como secundario. En realidad no le veo tanta magnitud al cambio. Además, con todo lo que estamos viviendo como sociedad, con el drama de los fallecimientos, la alarma sanitaria y el paro, que lo hay y lo va a haber, en un situación de crisis mundial que estamos padeciendo, el ciclismo queda en un segundo plano. Nosotros tendremos que adaptarnos al calendario, pero del mismo modo que tendrías que reinventarte si acudes al Tour para ganarlo y por una caída pierdes a Froome, Bernal y Thomas. Y Amador, por ejemplo, hace podio. Pues piensas, dentro de lo malo, está bien. Si se hacen las carreras, si se corre, significará que la pandemia está bajo control y esa será la mejor noticia.
Una vez situado el Tour en septiembre, el calendario está tomando forma. El Giro se va a octubre y la Vuelta tendrá espacio en noviembre. ¿Cuál es su opinión al respecto?
—Tenemos que partir de la base de que el Tour es la carrera más importante, y a partir de ahí se arma el resto del calendario. El Tour ha impuesto su calendario a la Vuelta. En este caso, más que la Vuelta, la Federación Española, el Consejo Superior de Deportes o el Comité Olímpico Español tendrían que levantar la mano y protestar, tener voz y voto, porque la carrera que menos problemas tenía para su celebración era la Vuelta y con el nuevo reparto es la peor parada.
Nadie discute que la prioridad es el Tour. Sin embargo, en el nuevo reparto, la Vuelta ha sido la gran perjudicada.
—Me da la impresión de que la Vuelta, aun así, puede tener una participación espectacular, y creo que al pasar a ser una carrera de 18 días se asegurará una mejor participación. Lo mismo que el Giro. Pero no porque sean pruebas menos importantes, si no por el hecho de que no hay fechas, salvo que corramos en diciembre. Si las clásicas se pueden meter en los fines de semana anteriores al inicio de las grandes, puedes asegurarte una semana para por ejemplo la Amstel, Flecha y Lieja y del mismo modo una mejor participación comenzando un miércoles, porque de la otra forma, los corredores que prioricen las clásicas no estarán en la salida. Si realmente se acaba en noviembre y la Vuelta se disputa en esas fechas, con el recorrido actual, que recorre el norte de España, va a estar complicado por la meteorología. De eso somos conscientes. Pero en una situación tan excepcional como esta, todos tenemos que arrimar el hombro.
¿Cómo se prepara a los ciclistas para un curso más corto, más intenso y con una meteorología más adversa?
—Habrá que adaptarse a las circunstancias y prepararse para ellas. Básicamente, se trata de retrasar los estados de forma. Ante una situación con tanta incertidumbre tampoco te puedes quedar sentado y lamerte las heridas. Habrá que reinventarse. Hemos cambiado marzo y abril por un octubre y noviembre más condensado. En esa tesitura, la situación de los equipos pequeños es peor, porque para nosotros, como Emirates, incluso si tenemos que hacer las tres grandes, contamos con estructura y plantilla suficiente para afrontarlo. Pero para los equipos pequeños que tenían previsto hacer dos carreras con tiempo entre ellas y ahora se pueden solapar, posiblemente no tengan ni la estructura ni las posibilidades de hacer dos equipos importantes para acometer esas pruebas.
Apenas ha existido competición debido al confinamiento, los entrenamientos, en muchos casos, se limitan a rodillo y ejercicios para perder la forma lo menos posible. En esa situación de precariedad, ¿cree que rendirán mejor los que hayan sido capaces de interiorizar una preparación tan inusual?
—La calidad de los buenos siempre estará ahí, pero creo que habrá un margen del 10% que puede perjudicar mucho a españoles, franceses e italianos, porque no pueden entrenar en carretera y porque están sin la base de entrenamientos que pueda tener el resto. Pienso que españoles, franceses e italianos serán más competitivos que el resto a final de temporada. Eso sí, entiendo que serán los mismos ciclistas los que sean competitivos aunque cambie el calendario. Está claro que va a cambiar todo, porque no solo cambia el calendario, también lo hacen los objetivos. Ahora, por ejemplo, es impensable un doblete Giro y Vuelta. No se puede hacer. Pero en estas circunstancias es algo que cambia para todos. Habrá otro tipo de calendario y también puede haber aspectos positivos y se pueden dar oportunidades a corredores más jóvenes.
"De momento, estamos bien, en el equipo no se ha planteado absolutamente nada en cuanto a reducción de salarios"
"La carrera que menos problemas tenía para su celebración era la Vuelta y con el nuevo reparto es la peor parada"
"Ante una situación de tanta incertidumbre no te puedes quedar sentado y lamerte las heridas. Hay que reinventarse"