- La implacable crisis del coronavirus, ayer se supo que Max Richeze (Emirates) dio positivo por el covid-19, se ha cobrado otra víctima que parecía a salvo hace algunas semanas cuando mayo se veía lejos en el horizonte y se creía a salvo. Sin embargo, el implacable avance del patógeno que está desestabilizando el mundo, no hace prisioneros. El Giro de Italia, la primera de las tres grandes de la temporada, será aplazado por la expansión de la pandemia, que ha obligado a los organizadores de la corsa rosa a tomar la dolorosa decisión de posponer la prueba que debía comenzar el 9 de mayo en Hungría, donde recorrería las tres primeras etapas de la prueba, con una contrarreloj individual por las calles de Budapest.
Las autoridades húngaras no estaban dispuestas a dar el permiso para el inicio del Giro ante el escenario que se dibuja en Europa y, concretamente, en Italia, el principal foco del Covid-19 en el Viejo Continente. "Debido a la grave situación epidémica en Europa, no será posible organizar las tres primera etapas del Giro de Italia en Hungría", anunció ayer Máriuisz Révesz, miembro del comité organizador húngaro. Ante semejante escenario y tras la negativa de Hungría de organizar la Grande Partenza, las tres primeras etapas de la carrera se iban a disputar en suelo magiar, RCS, organizador del Giro, en consenso con las autoridades húngaras, optó por aplazar la cita, para la que, de momento, no existe nueva fecha en el calendario.
"En respuesta a la propagación del coronavirus, el Gobierno húngaro ha declarado el estado de emergencia. Esto prohibe la organización de eventos en masa", concreta el comunicado de los organizadores de la corsa rosa. Así, el Giro de Italia se pospone a la espera de fijar una fecha para encajar la prueba en el futuro, decisión que se comunicará después del 3 de abril, según la nota difundida por el Giro. Por lo tanto, Richard Carapaz, campeón en curso, Vincenzo Nibali, Jakob Fuglsang, Romain Bardet, Remco Evenepoel, Simon Yates o Peter Sagan, que tenían previsto disputar la corsa rosa, tendrá que fijar otro objetivo en una temporada absolutamente caótica y atípica por la brutal incidencia del coronavirus.
El aplazamiento de la gran carrera italiana, una amenaza que planeaba sobre la prueba en los últimos días, se une al incesante goteo de pruebas que han tenido que posponerse o suspenderse en las últimas fechas desde que el coronavirus apareciera en escena. La Strade Bianche, la Milán-San Remo y la Tirreno-Adriático, en Italia, se cayeron del calendario. Lo mismo le ha sucedido recientemente a la Volta a Catalunya o a las clásicas belgas. También se ha visto afectado el calendario portugués y el español. Desde ambas federaciones se decretó la suspensión de todas las citas en las próximas dos semanas.
Aunque resta más tiempo, la Itzulia, la carrera del WorldTour por etapas de Euskal Herria, también corre el serio riesgo de suspenderse. El estado de emergencia sanitaria declarado por el lehendakari Iñigo Urkullu debido a la crisis del coronavirus, fortalece aún más la tesis de cancelación de la ronda vasca, que tenía fijada su cita con el calendario entre el 6 y el 11 de abril. La organización de la Itzulia aún no ha adoptado una decisión en firme, pero se le agota el tiempo. Las últimas noticias no indican un futuro halagüeño al respecto.