dubái - La maneta del freno de un enemigo invisible y poderoso por su capacidad intimidatoria, el pavor que provoca el coronavirus, destuvó en seco la disputa del UAE Tour. Dos auxiliares italianos del equipo Emirates, -el país transalpino se ha convertido en un importante foco de contagios por el virus que está sacudiendo al mundo-, mostraron síntomas de estar afectados por el Covid-19. Eso ocurrió el jueves.
Detenida la competición, Adam Yates (Mitchelton) se hizo con el título. Probablemente nadie recuerde al inglés en el palmarés. El foco de la noticia se había alejado de la carretera. Se instaló sobre un problema de salud de enormes dimensiones por el pánico suscitado. Sonaron las alarmas y la organización, con buen criterio y siguiendo las órdenes de la autoridades sanitarias de Abu Dabi, que atendía las directrices de la OMS (organización Mundial de la Salud) acordonaron al pelotón en el hotel Yas Marina, cuartel general de la carrera. Nadie podía entrar ni salir del recinto salvo el personal autorizado.
Recluida la caravana ciclista, acantonados los ciclicistas en sus repectivas habitaciones a la espera de que el personal sanitario enviado para la contigencia médica les hicieran las pertinente pruebas. Fueron horas tensas, de incertidumbre. La desinformación, las dudas y la tensión propias de una situación extraordinaria, se acumularon en el hotel, donde se encontraba confinados los corredores, el staff de los equipos, los miembros de la organizacíon así como la prensa desplazada para cubrir el evento.
Finalmente, las pruebas para la detección del virus se fueron sucediendo en la madrugada del jueves al viernes. "A nosotros nos tocó a las 5.30 horas de la madrugada. Luego nos dijeron que esperasemos a los resultados. Lo peor es la espera, pero estamos tranquilos", decía Omar Fraile a DNA, que compartía habitación con Gorka Izagirre, compañero del Astana. Iñigo Elosegui, por su parte, trataba de pasar el tiempo como podía.
En un foto colgada en la redes sociales, la corredor del Movistar se le apreciaba con el resto de compañeros de equipo en una zona común del Yas Marina. Víctor de la Parte, del CCC, y Óscar Rodríguez, colega de Omar y Gorka en el Astana, también padecieron el encierro. Si bien los resultados de los test de coronavirus, la muestra se obtiene pasando un bastoncillo en las fosas nasales y tomando la temperatura en los oídos, se demoraron más de lo anunciado en un principio -"nos dijeron que tardarían ocho horas", señaló Fraile- los mismos descartaron, afortunadmente, más contagios. Aún así, el permiso para abandonar los Emiratos Árabes Unidos tardó en llegar.
Sin ese documento, expedido por las autoridades del país, que certificaba estar libre del contagio no era posible dejar sus fronteras. Esa tardanza provocó que Omar Fraile, perdiera el primer avión que tenían previsto coger. El grueso del pelotón regresó ayer en vuelos programados escalonadamente a sus lugares de origen. Sin embargo, tres equipos, Cofidis, Gazprom, Groupama y el Emirates eran confinados nuevamente en el complejo hotelero para despejar cualquier duda. Al parecer dos miembros del Gazprom fueron contagiados. A los periodistas y a los miembros de la organización también se les retiró el permiso para salir del país en una aventura que emparenta con La Odisea de Homero. A última hora recibieron el placet para regresar. Vuelta a casa.