Vitoria - Muy pocas personas en todo el mundo pueden presumir de haber ganado en dos ocasiones el prestigioso Skiri Trophy (antes conocido como Trofeo Topolino) de esquí de fondo. Pues bien, desde el domingo se puede encontrar a uno de estos privilegiados en Vitoria. Porque el joven gasteiztarra Peio Añarbe, que el próximo 15 de febrero cumplirá catorce años, se proclamó ese día campeón de este mundial oficioso de la especialidad por segunda vez en su todavía corta -pero excepcional- carrera.

En 2018 disfrutó por primera vez de una medalla de oro que entonces conquistó en la categoría cuccioli (once y doce años). Ahora, ha vuelto a repetir la gesta en un peldaño superior, al conseguir cruzar la línea de meta en primera posición en la prueba destinada a los menores de catorce años.

Una carrera que Peio dominó con gran autoridad pese a la elevada participación (130 esquiadores) y la presencia en el circuito de los mejores especialistas internacionales de esta disciplina. El vitoriano llegaba a la cita en un buen momento de forma que le había llevado a completar actuaciones notables en las anteriores pruebas en las que había tomado parte y, por ello, decidió apostar fuerte desde el inicio.

Así, en cuanto se dio la salida se puso en cabeza dispuesto a marcar un ritmo duro con el que dejar atrás a sus rivales. Lo logró de entrada pero, tras completar la primera de las dos vueltas en las que se distribuían los 5,5 kilómetros de recorrido, se le unió el potente italiano Luca Ferrari. No se dejó amedrentar Añarbe, que aún fue capaz de protagonizar otro cambio de ritmo para quedarse de nuevo en solitario al frente de la prueba y cruzar la línea de meta con más de cien metros de ventaja. Los transalpinos Bianchi y Ferrari le acompañaron en el podio.