TOLOSA -Iker Salaberria (Goizueta, 1999) inicia hoy una etapa nueva en su vida deportiva. Aspe requirió sus servicios para que se incorporara a su nómina de delanteros el pasado 19 de agosto. Entonces, el navarro miró el móvil y encontró dos llamadas perdidas de un número desconocido. “Cuando me ofrecieron debutar, no me lo creía”, desgrana el manista de Goizueta. La espera termina hoy. En septiembre fue la última cita vestido de blanco del navarro. Fue en Aizarnazabal junto a Iker Mariezkurrena, enrolado en la firma Garfe. “Al final, todos los que jugamos queremos llegar al campo profesional. Desde pequeño te fijas en figuras como Aimar Olaizola o Juan Martínez de Irujo y quieres formar parte de esto. Ahora me ha tocado a mí entrar en este mundo y me toca prepararme a fondo para ello. Estoy contento”, determina el puntillero, al que le viene la pelota en el ADN: su aita, Ángel, fue juez de la Liga de Empresas y llevó la escuela del pueblo. “En Tolosa cumpliré un sueño”, remacha.

Salaberria da el paso con la firma guipuzcoana después de varios meses de trabajo en las filas de Baiko, quien “no quiso” darle la “oportunidad”. Aspe sí que asomó rápido y optó por fichar a un pelotari “agresivo” y con gusto para el remate. De él dicen que es “muy pelotari”. Pierde poca pelota y posee una gran técnica. Tiene el frontón tatuado en el tuétano. “Me siento bien defendiendo a pesar de que hay mayor velocidad en el juego. Soy un delantero al que le gusta enredar en los cuadros alegres”, define. Asimismo, en su camino en el campo aficionado, destaca una última campaña en la que ha sobresalido. Este curso fue fundamental en la final del Torneo Comarcal de Lezama y ganó el Biharko Izarrak, el Dinastía Etxabe, el Miguel Soroa, el Bergara Hiria del Cuatro y Medio, el Memorial Goñi? Debuta con la mili hecha. “Considero que he tenido un recorrido bonito en aficionados. Me he hecho pelotari en esa categoría. Además, he mejorado y he tenido la posibilidad de ganar txapelas”, desgrana. En total, tiene 98.

Aunque Salaberria jugará en la empresa de Eibar, su referencia es su paisano Olaizola II. “Desde pequeño es el pelotari al que he seguido. Recuerdo haber ido a verle a diferentes finales en el frontón Atano III de Donostia, en el Ogueta de Gasteiz y en el Bizkaia de Bilbao. Como es del pueblo, es el referente para todos”, sostiene el goizuetarra. Iker tomará el testigo de Asier, Aimar y Jon Apezetxea, los últimos profesionales nacidos en la pequeña localidad de Nafarroa, de menos de un millar de habitantes.

Si bien el frontón Beotibar de Tolosa marcará el punto de partida de la etapa profesional del delantero de Goizueta, Salaberria ha estado ensayando junto a Jokin Etxaniz y Justo Lillo durante los últimos meses. “Únicamente tengo en mente el trabajo diario. Es en balde ponerse metas. La intención es ir paso a paso y mejorar”, desvela el navarro, quien explica que “me estoy encontrando muy a gusto en el trabajo técnico y estoy machacándome físicamente tres días a la semana”. Sobre todo, Iker está haciendo hincapié en el entrenamiento con la derecha en el juego a bote y en buscar altura en el golpe. “También trabajamos mucho el gancho, ya que me cuesta coger la distancia. Estoy metiendo bastantes horas”, dice Salaberria, que, además, cuenta que “en el plano físico metemos más carga con Lillo, puesto que los pelotaris profesionales tienen un ritmo más alto y la pelota va a mayor velocidad. Creo que me estoy adaptando bien”.

Quizás el navarro considera que en ese aspecto existe la “diferencia” fundamental entre el ámbito aficionado y el profesional. La velocidad y el material marcan el cambio y trazan una frontera para el debutante, cuya virtud tiene que ser adaptarse lo más rápido posible. Cosa complicada en unas empresas que piden resultados en un ambiente cortoplacista. “Este tipo de pelotas me vienen bien por mi tipo de juego. Además, hasta el momento siempre he tenido bastante suerte con el tema de las manos. Me aguantan”, sostiene.

Un estelar de lujo Salaberria debuta hoy junto a Beñat Rezusta frente a Danel Elezkano e Iñigo Bikuña en un estelar de lujo, de mucho compromiso. Se deshace en halagos con el zurdo de Bergara, su padrino: “Es el campeón del Parejas por algo. Es todo un honor estrenarme con él”. “Estos años he aprendido a estar en la cancha y a controlar los nervios en citas importantes, pero el debut es diferente, porque la pelota es mi vida”, finaliza el goizuetarra.