la historia de Kerman Lejarraga (26 victorias-0 derrotas) se fragua fuera de los focos. La consciencia de que se trata del boxeador más mediático del panorama estatal, capaz de callar diez mil gargantas en su combate por el Campeonato de Europa wélter ante Bradley Skeete y de hacer estallar el éxtasis con un único golpe, es un leit-motiv que marca sus apariciones; sin embargo, la realidad es lo que está detrás. La realidad es otra cosa. La vida real es un pozo de sacrificio, madrugones, goterones de sudor y dentelladas de hierro. Quizás por eso hay que valorar aún más todo lo conseguido. El propio Kerman lo reconoce a las puertas de afrontar la defensa del título esta noche ante Frankie Gavin en el BEC, en una velada que comenzará a las 19.00 horas. “El camino del deportista profesional es largo y llevamos mucho sacrificio y muchas lesiones”, desgranaba el púgil vizcaino en el evento en el que rubricaba su acuerdo con el Basque Team. La autopista al éxito está asfaltada de trabajo. El morgatarra, un currante, es un pegador de fábrica. La forja de Lejarraga está en el cuadrilátero.
El pilar del púgil vasco se acoda en el día a día. “Estoy disfrutando mucho de la preparación para la cita contra Frankie Gavin (26-3), es un reto para mí ganarle y conservar el cinturón de campeón de Europa. Físicamente estoy muy bien. Me encuentro fuerte, creo que puede ser uno de mis mejores momentos. Esta noche será una guerra”, comenta el deportista, quien lleva desarrollando un campamento diferente, el del día a día, el cemento que forja su destino, debido al perfil de su adversario: Skeete era alto, diestro y con tendencia a buscar la distancia; Gavin, más bajo y zurdo, un guerrero. Será el cuarto zocato de su carrera después de los combates ante José del Río, Nugzar Margvelashvili (dos peleas) y Santos Medrano (dos peleas). Para ensayar, el equipo de MGZ Promotions echó mano de dos de sus mayores activos, Jon Míguez (8-0) -aspirante al Estatal wélter- y Jorge Fortea (17-1-1) -campeón Latino y Estatal superwélter-, así como del argentino Adrián Verón (22-3) y del irlandés Lee Reeves; estos últimos, zurdos. Cada uno de ellos coloca ladrillos en el skyline de la pelea por el cinturón continental. “Jorge me aporta esa chispa y estar atento a sus contragolpes, pues tiene una calidad y una explosividad increíble. Por otro lado, Jon es habilidad y fortaleza en el cuerpo a cuerpo y me exige mucho, es un crack”, considera el boxeador, quien añade que “Verón es todo experiencia, uno de los mejores zurdos en la actualidad en Argentina y marca bien los tiempos. Por último, Reeves es explosivo, talento puro”. A estas alturas de la película, cuando el tiempo comienza a arrancar páginas al calendario, El Revólver de Morga solo tiene un objetivo: la báscula. “El resto del trabajo ya está hecho”, determina. Kerman convive con el vértigo del crujir de estómago, que acaba por transformarse en el hogar de una manada de pitbulls una vez pasado el trance con los kilos. A pesar de la dificultad del contrincante, el vizcaino recuerda a Skeete, Jesús Gurrola, Azael Cosio, Denton Vassel o Laszlo Toth, que “eran y son grandes boxeadores”, a los que hizo morder el polvo.
Además, en septiembre, Lejarraga estuvo presente en la Convención de la WBC en Kiev, donde pudo disfrutar de una “bonita experiencia” con grandes estrellas del ensogado y entrenó junto a boxeadores aficionados locales. “También me aportaron de cara a este reto”, revela. En el encuentro ucraniano, el organismo situó a Kerman como cuarto del mundo en su división. “Jamás pensé en verme donde estoy ahora. Pero, si soy sincero, soy de los boxeadores que no piensa más allá de su próximo combate. Ganando a Gavin seguirá nuestro sueño y no pienso en otra cosa”, manifiesta El Revólver, que actualmente está en el top-10 mundial de los cuatro entes más importantes del pugilismo -quinto en el IBF, octavo en el WBA y décimo en el WBO-.
LA VISIÓN DEL TÉCNICO “Es la primera vez que llega tan rápido y fino a una preparación. No estaba tan subido de peso como en otras ocasiones y se le nota el deseo de estar cara a cara contra Gavin”, analiza, por su parte, Txutxi del Valle, preparador de Lejarraga, quien cuenta que “sigo admirando cómo afronta estas peleas. Tiene más hambre por defender su título del que ya tuvo cuando se iba a enfrentar a Skeete”.
El pleito contra el boxeador de Tooting duró dos asaltos y al vasco le llegó el cetro continental con apenas 25 años, cuestión que gestiona con madurez. “La experiencia es un grado y Kerman ya no es un niño. Tiene 26 peleas a sus espaldas y la experiencia le está curtiendo. Tiene ya 26 años y está en un grado de madurez distinto al del año pasado”, concreta el técnico, quien analiza que “el apartado físico no ha cambiado para este combate. La preparación sigue siendo la misma. Lo que sí cambia es el concepto. Lo más importante es que Gavin es zurdo y eso te condiciona. Skeete era un boxeador que iba con más manos lejanas. Gavin también entra bien a la corta. Eso sí, esperamos más guerra. Es un rival dificilísimo. Skeete también pensábamos que era complicado, pero una mano te tira en el boxeo. Esto es así”.