Bilbao - Un estudio de Jordan Santos-Concejero, profesor de la Universidad del País Vasco y doctor en Fisiología del Ejercicio, considera que a corto plazo no se podrá bajar la barrera de las dos horas en el maratón masculino. La investigación ha sido realizada junto a Ross Tucker, de la Universidad Free State de Sudáfrica. La barrera de las dos horas en maratón es uno de los temas de moda en el mundo del alto rendimiento deportivo. El récord del mundo vigente es de 2h02:57 logrado por el keniano Dennis Kimetto en Berlín en 2014. El estudio se refiere a condiciones “homologables”, es decir, una carrera donde se pueda reconocer el récord, no como el intento en circuito de bajar de dos horas que patrocinó este año una marca deportiva.

Actualmente se utilizan varios métodos para predecir la posibilidad de un récord mundial: desde el uso de modelos matemáticos que analizan la progresión histórica de las mejores marcas (y que sitúan el límite humano entre 1h59:37 y 2h01:53) hasta el análisis fisiológico del rendimiento (que establece el “límite humano teórico” en 1h57:58). Otra tendencia es la comparación de las marcas entre hombres y mujeres. Por ejemplo, un estudio reciente concluyó que el récord del mundo femenino (2h15:25 de Paula Radcliffe) es equivalente a una marca por debajo de las dos horas en hombres, por lo que la barrera de las dos horas podría caer en cualquier momento. Esos investigadores asumieron para sus cálculos una diferencia hipotética entre hombres y mujeres del 12-13 % para todos los eventos atléticos. Esto implica que el récord del mundo masculino actual (cuya diferencia con el femenino es de apenas el 10 %), tendría margen de mejora al ser porcentualmente más “débil” que los récords en otras distancias.

Santos-Concejero y Tucker han refutado estas conclusiones. Para ello, han analizado los récords del mundo (desde los 100 metros hasta el maratón), concluyendo que “la diferencia global no es el 12-13 % sino de apenas el 11 %”. Además, la evolución de los récords permite ver cómo los femeninos en pruebas de carrera evolucionan más rápido que los masculinos, “quizá por su incorporación más tardía al deporte o a la menor participación”. - Efe