Amí me van las pelotas, las pequeñas y las grandes, las esféricas y las ovaladas, las de futbolín y los balones de Nivea, las albóndigas en su salsa, los huevos de codorniz y las antiguas croquetas del Sokoa, un compendio de argamasa que empezabas a jamarla un domingo al mediodía y terminabas en la merienda del lunes. No vivo en pelotas porque cogería catarro de pito pero me quedo en pelotas cada vez que me toca hacer la Declaración de la Renta. Toda la vida en pelotas. Comencé en San Viator jugando a futbito con De Luz y su Citröen 2 caballos como entrenador y montura, pasé a fútbol con Aginako de míster y me convertí en uno de los peores centrales de la historia, a la altura de Chigrinskiy y Bogarde. Con 16 años me di cuenta de que lo mío eran otras pelotas, más pequeñas, más manejables, propias de mi juventud? Y comencé a jugar a pala, con esas preciosas pelotas revestidas de cuero y cosidas en aquel tiempo por sabias y precisas manos. Corría el año 1986 y disputé mi primer Campeonato Provincial, Torneo Galerías Preciados. Fue mi primer contacto con una competición histórica que este año ha cumplido su particular boda de brillantes. 75 años, toda una vida en pelotas? Con motivo de esa efeméride, el sábado nos juntamos en los frontones Beti Jai de Mendizorrotza un montón de amigos, de los de entonces y de los de ahora, expresidentes como un servidor, federativos, pelotaris y expelotaris, técnicos, hombres y mujeres de la pelota, de nuestra PELOTA con mayúsculas. Saludé y departí con conocidos y amigos que hacía años no veía, como Chiquito de Bernedo, su hijo José Mari Compañón, el expresidente Antón Areitio, el exresponsable de El Corte Inglés José Carlos Ramos, el exsecretario José Mari Gómez de Segura? Años y años dedicados a la pelota, gente que ya no está y otros que siguen aportando su granito de arena para que este deporte, nuestro deporte, único, absolutamente único, muchos deportes en uno solo, consiga salir adelante. En el hall de entrada al Ogueta, un photocall con el juez Javi Gómez en el papel de improvisado Alberto Schommer. Junto a él, una selección de fotografías históricas de la pelota alavesa, con nuestro añorado Ciclón en el papel estelar. Junto a la exposición, una muestra delicatessen de las pintorescas y dicharacheras historias que un relator llamado Ramón Urbina les cuenta con maestría y gracejo todos los viernes en este diario. Grande, Urbina, grande. La pena fue que durante muchos años, demasiados, sufrimos la lacra informativa de un poderoso informador que desinformaba. Ésa fue una cruz y no la de Jesús de Nazareth. Amigos y más amigos, aficionados, pelotaris, padres, madres? La familia de la pelota alavesa a punto de ser testiga de la entrega de trofeos de un torneo que soplaba 75 velitas. Daba gusto ver las gradas, como hacía tiempo? Recordaba yo entonces los inicios de los 90, con el Torneo Vitoriana de Electricidad, cuando el Ogueta se atestaba entre semana para ver en acción a unos jóvenes Insausti, Juan Pablo, Daniel, Garrido, Santi, Eugi? Ha transcurrido algo más de un cuarto de siglo y los graderíos se han ido despoblando de aficionados? Será la competencia de otros deportes, será que la vida es así? El sábado nos tocaba lanzar la vista atrás y recordar el pasado, esos 75 años, pero disfrutando del presente, de nuestros pelotaris recogiendo sus trofeos y galardones. Y el presente es una cantera repleta de pelotaris y revitalizada por la pujante presencia de chicas y mujeres con el gerriko. Qué gusto daba ver tantas chavalas con sus txapelas, con sus medallas? El pasado fue bonito, pero no deja de ser pasado. Recuerdo al bueno de Alberto Filibi, el artífice de que el nombre de Galerías Preciados se aliara per secula seculorum al Campeonato Provincial. Recuerdo a Vicente Latiegi, hombre de Dios y pelotazale, que desde la primera fila del Ogueta, a la altura del cuadro 3, caminaba cada domingo a las 12.00 horas, lentamente, para entonar el histórico Angelus. Recuerdo esa maravilla llamada xare, que pese a la constancia de Akixo, Ugarte, Aguilera? quedó en el olvido. Recuerdo tantas cosas? Pero de los recuerdos no se vive. El recuerdo es sólo eso, recuerdo. El presente es el hoy y el hoy ya es casi pasado. Nos resta construir el mañana y ya voy pensando en el centenario del Campeonato Provincial, en el 2042. Porque eso es ya mañana?