Vitoria - Hace tiempo que el ser humano descubrió que los límites son solamente una barrera que se pone en su camino con casi el único propósito de animarle a superarlos. Y el navarro Ricardo Abad se ha convertido en los últimos años en uno de los mejores especialistas en hacer mil pedazos estos muros aparentemente infranqueables. Este ultradeportista ha enlazado uno tras otro desafíos a priori imposibles para terminar completándolos con éxito para sorpresa de casi todos. Primero fueron los maratones -en los que rubricó todo tipo de marcas enlazando sin desmayo este tipo de pruebas- y ahora ha dado un giro de tuerca más a sus esfuerzos pasándose al triatlón de larga distancia.
Incapaz de quedarse quieto, la inquietud por aunar deporte y solidaridad -una parte muy importante del dinero que genera su actividad se dedica siempre a este fin-, se encuentra embarcado en un nuevo viaje a lo imposible que le condujo en la tarde-noche de ayer hasta Vitoria. Aunque en realidad sería más exacto hablar de dos retos, puesto que el actual se engloga dentro de otro aún más grande.
Comenzando por el principio, el que le ocupa en estos momentos asusta solo de explicarlo. Se trata, ni más ni menos, que de enlazar diez Ironman -la prueba más exigente del triatlón- en otros tantos días consecutivos y pasando también por una decena de provincias diferentes. La que completó a última hora de la noche de ayer en Vitoria supone la séptima de estas diez etapas y, si todo transcurre según lo previsto, el reto concluirá el próximo lunes en Pamplona.
Para entonces, en sus piernas acumulará nada menos que 2.260 kilómetros de agotador esfuerzo repartido entre la natación, la bicicleta y la carrera (cada jornada finaliza con un maratón).
Ricardo Abad ha bautizado esta nueva aventura -que cuenta con el patrocinio de Laboral Kutxa- con el explícito nombre de Reto 10 pero, en realidad, es solo una parte de un desafío aún mayor que consiste en finalizar cien Ironman durante el año 2015 que concluirá dentro de algo menos de tres meses.
Para ello aún deberá añadir muchas horas de esfuerzo a su currículo pero a la empresa que le trajo ayer hasta Vitoria solo le restan ya tres etapas más. Un viaje que arrancó el pasado día 3 en Madrid y que le ha llevado por Valladolid, Burgos, Santander, Bilbao y San Sebastián hasta el momento. Desde la capital donostiarra partió ayer en bici tras haber hecho allí el segmento de natación. Pasadas las siete de la tarde llegó -con un importante retraso sobre el horario inicialmente previsto debido al enorme cansancio acumulado y el esfuerzo de la ruta- a la calle Dato. Para completar los 180 kilómetros, antes de entrar a Vitoria dio varias vueltas a Landa y, una vez ya en el centro de la ciudad, comenzó el segmento final a pie. Un maratón en el que contó con el acompañamiento de varios amigos como Manolo Goméz Crespo, del quiosco Best Press, que quisieron contribuir con su presencia al éxito de la prueba y arropar al navarro en esos agónicos momentos para que el sufrimiento fuera menor. Tras pasar la noche en Vitoria, por la mañana se tirará a la piscina de Mendizorroza y después partirá rumbo a Logroño. Mañana domingo hará escala en Zaragoza y el lunes, por fin, llegará a Pamplona, punto final de su aventura. Por el momento.