donostia - Muguruza dio por concluido el curso participando la pasada semana en el Masters B de Sofía (Bulgaria) y ahora pasa unos días en Eibar, donde reside parte de su familia. Nació en Caracas (Venezuela) el 8 de octubre de 1993 pero tiene raíces guipuzcoanas, ya que su padre, José Antonio, nació en Azkoitia y luego vivió en Eibar antes de conocer a la que luego fue su mujer, Scarlet, y trasladarse al país sudamericano. Saltó a la fama en el torneo de Miami de 2012 y confirmó todo lo que apuntaba en el pasado Roland Garros, cuando ganó a Serena Williams y llegó a los cuartos de final, donde estuvo a punto de derrotar a Maria Sharapova.

Se fue con seis años de Venezuela a Barcelona. ¿Qué recuerda de su infancia en Caracas?

-Lo que más recuerdo es estar con mis hermanos jugando a tenis, todo el día con las raquetas en la mano. Es lo que me viene a la cabeza. Vivíamos en las afueras de Caracas.

¿Por qué toma su familia esa decisión de cambiar Venezuela por Barcelona?

-Vinimos a Barcelona porque era buen sitio para probarse, con buenas instalaciones y entrenadores y jugadores de mucho nivel. Mis hermanos destacaban en Venezuela, pero el tenis no es un deporte muy importante allí, y querían probarse aquí. Yo era la pequeña de la casa y me uní a ellos. Yo les copiaba, para mí eran como mis ídolos.

En cambio, la que más evolucionó fue usted.

-Sí, esas cosas pasan a veces, es curioso. Me gustaba y fui evolucionado. En categorías alevín, infantil y junior iba destacando y consiguiendo buenos resultados, ganando algún torneo incluso, y empecé a disputar challengers y competiciones ITF (torneos profesionales de menos nivel). Me di cuenta de que tenía éxito, de que era superior a mis rivales y pensé que tenía que intentar ser profesional de esto.

Entra en la WTA (circuito femenino profesional) y salta a la fama en 2012, con su victoria ante una top ten como Vera Zvonareva y su clasificación para octavos de final.

-Fue un boom, una emoción que sobrepasaba todo lo esperado. Era increíble, nunca había jugado un torneo de tanto nivel, me planto allí y gano tres partidos. De repente, todo cambia para bien y para mal. Un poco de todo, uno no sabe cómo te puede afectar todo eso. Ahí fue el momento en el que salió mi nombre. Ahí empezó mi carrera en serio, por decirlo de alguna forma.

En 2013 confirmó su despegue del año anterior logrando, por ejemplo, otra vez los octavos en Miami, pero se lesionó en el tobillo, pasó por el quirófano y se perdió media temporada. ¿Cómo lo asumió?

-Volver a conseguir un buen resultado en el mismo escenario fue prueba de que lo del año anterior no había sido casualidad. Cuando supe que me tenía que operar el tobillo fue un hachazo porque me cortó una época muy buena, iba para arriba y tuve que hacer un parón. Pero hoy no sería la misma jugadora sin haber pasado ese momento tan malo de lesión porque me hizo valorar lo importante que es estar bien físicamente y lo delgada que es la línea de ser buena a no poder ni jugar.

Volvió a comienzos de 2014 a lo grande, con el título de Hobart.

-La recuperación del tobillo fue muy dura. No podía ni andar. Tenía tanta hambre de competir y de ganar partidos que entraba en la pista convencida de que iba a jugar bien. Gané el torneo entrando desde la fase previa y luego llegué a los octavos de final en el Abierto de Australia. Fue un inicio de año potente.

Su salto a la fama definitivo llegó en la segunda ronda de Roland Garros, cuando derrotó a la número uno, Serena Williams, por 6-2 y 6-2.

-Tienen que coincidir muchas cosas para saltar a la pista central de un Grand Slam contra la número uno y ganar. Me salió un partidazo, supongo que es una victoria que recordaré siempre. No todas consiguen ganar a la número uno.

¿Cuánto de cerca se vio de ganar a Sharapova en cuartos de final?

-A dos puntos concretamente. Y en cuanto a sensaciones, hubo un momento en el que me vi cerca. Venía jugando muy bien y pensaba que si podía superar esa barrera de cuartos de un Grand Slam, igual lograba algo muy grande. Pero bueno, son etapas de una carrera. Los tenistas tenemos que saber asumir las derrotas, casi todas las semanas pierdes.

En su cuenta de Twitter (@GarbiMuguruza) ha definido 2014 con la palabra: emoción.

-Para bien y para mal, ha sido un año emocionante, intenso, agotador.

En lo agotador supongo que incluye el tener que elegir entre vestir los colores de España o Venezuela en la Copa Federación. ¿Le ha quitado horas de sueño esta cuestión?

-Muchas. Ha sido difícil porque no es una situación normal. La gente quiere saber y eran constantes las preguntas. Tampoco tenía ninguna prisa. Me siento muy venezolana y española y pensaba: Vaya marrón. Me tomé el tiempo que necesitaba para resolverlo y creo que he tomado la decisión correcta. Estoy contenta ya de tenerlo claro y ser parte de la Copa Federación con España.

¿Cómo se lo han tomado en su país de origen?

-Bueno, sabía que no iba a ser una buena noticia, pero han reaccionado bien y ojalá sigan manteniendo su apoyo desde allí, que es mucho.

Forma parte de una nueva generación de tenistas jóvenes que ha irrumpido en el circuito: Bouchard, Halep, Svitolina, Bencic, Keys...

-Está habiendo un cambio de generación. Es natural, pasa cada cierto tiempo. Estos dos últimoshan entrado muchas jugadoras nuevas con capacidad para ganar.

Edad. 21 años. Nació el 8 de octubre de 1993 en Caracas (Venezuela). Con seis años fue a vivir a Barcelona y tiene la doble nacionalidad.

Familia. Su padre nació en Azkoitia y vivió en Eibar. Parte de la familia de Garbiñe sigue viviendo en la villa armera.

Altura. 1,82.

Entrenador. Alejo Mancisidor.

Trayectoria. Profesional desde 2011, su primer gran impacto se produjo en Miami 2012, donde se coló en octavos de final. A principios de 2014 ganó el torneo de Hobart y llegó hasta los cuartos de final en Roland Garros tras ganar a la número uno, Serena Williams.

AñoPuesto WTA

2009687

2010432

2011249

2012104

201364

201420