Márquez se opone al mundo
El catalán, casi sin rodaje, aspira a seguir reescribiendo la historia ante el acoso de Lorenzo y Pedrosa
CATAR - Amanece una nueva campaña de MotoGP. Lo hace bajo la noche del Gran Premio de Catar, donde todos los focos iluminan al campeón más joven de todos los tiempos, Marc Márquez. El chico es la sensación del motociclismo, una factoría de fanatismo que no deja de producir. Es el principal reclamo; la historia viaja en su moto. Y en esta ocasión el arranque de la temporada 2014 trae consigo un nuevo reto para el joven de Cervera. Un reto para él que invertido representa una ventaja para el resto, precisamente porque parte en desequilibrio, ese que estableció el año pasado a golpe de acelerador. SuperMárquez lleva desde el pasado 6 de febrero sin subirse a su montura. "Mi lesión es el principal obstáculo", lamenta. Vive, cojo, la resaca de su rotura de peroné, la que sufrió practicando ese deporte tan de moda para los pilotos de velocidad como es el dirt track, disciplina en la que se llegó a tutear este pasado invierno con el campeón del mundo. Pero esta es otra historia. El dañado catalán se ha perdido casi toda la pretemporada. Llega a los albores sin rodaje. Lo que es aliento para rivales e incertidumbre genérica, además de alimento para el espectador, que ambiciona contemplar la capacidad de Marc.
El más ofensivo, el más despendolado, arrancará el curso a la defensiva, de modo conservador. Al menos, es el discurso que sostiene. Aunque las dudas sobre su veracidad son lógicas. Sobre la moto se transforma y la prudencia se torna imprudencia. "Sobre todo, va a ser difícil al principio, porque tengo que coger el ritmo; he perdido un mes y medio, pero tengo mucha ilusión", describe Márquez, sin enterrar el hacha, pensando en sumar, sin estridencias, no obstante, resignado a claudicar sin acelerar: "He venido a luchar por la victoria, pero me he perdido dos tests". Lo suyo es una perspectiva a largo plazo, con Cheste a vista de catalejo. En corto, con microscopio, mira Dani Pedrosa, para quien esa intención de ganar desde ya, en Catar, es imperiosa necesidad, para marcar así el compás de la casa de Honda, donde brota su mayor competencia, la que puede dejarle sin el asiento de una moto puntera.
Al acecho aguarda Jorge Lorenzo, la principal oposición a la prolongación del reinado de Márquez. El equipo oficial de Yamaha aterriza en Catar con algunos problemas con los nuevos neumáticos Bridgestone. Lo que siembra dudas tanto a Lorenzo como a Valentino Rossi. El mallorquín buscará ganar desde la primera carrera, pero es otro que apela a la cicatrización de las heridas. Tal y como dice, arrastra secuelas de su fractura de clavícula del pasado curso. No será represión para aspirar a reeditar su triunfo en el circuito de Losail. Es consciente de la trascendencia de poder dejar a Márquez a remolque para tratar de endosar presión desde el primer día, al menos, para dibujar un panorama a la inversa de 2013, cuando se vio prácticamente todo el año a rebufo del colín de la Honda. Buscará endurecer las carreras, llevarlas a la máxima exigencia. La suya, sin duda, será una apuesta de órdago. Si bien, tal y como publica Motorcyclenews, su relación con Yamaha no va por el mejor cauce. Según el portal digital, la marca de los diapasones ha impedido a Giorgio probar la moto Yamaha de categoría Open de Aleix Espargaró, uno de los tipos más rápidos de la pretemporada e incluso llamado a verse en el grupo de cabeza esporádicamente. "Cada vez estoy mejor físicamente. Por las operaciones, he tenido meses complicados porque no pude entrenar desde el principio, pero ahora estoy en buenas condiciones y Catar siempre ha sido bueno para Yamaha y para mi estilo de pilotaje, así que espero arrancar con fuerza", ansiaba Lorenzo.
Y es que este curso hay una nueva concepción. MotoGP se ha dividido en dos categorías: Factory y Open, teniendo que elegir una cada equipo. En esta ocasión, todas las motos rodarán equipadas por la centralita electrónica Magneti Marelli, aunque las máquinas concebidas como Factory tendrán la posibilidad de emplear un software propio, mientras que las Open deben emplear las especificaciones de la organización en su software. Las primeras montan un máximo de 20 litros de combustible en lugar de 21, mientras que las segundas rodarán hasta con 24 litros y gozarán de una docena de motores, en vez de los cinco para el apartado Factory. Asimismo, los equipos decantados por el modo Factory se verán sometidos a la congelación de los motores, por lo que no habrá evolución durante la temporada, a diferencia de los motores Open, cuyos pilotos, para más inri, podrán realizar todos los test que deseen durante la campaña. El fin es la persecución de la igualdad. En este contexto, Lorenzo, dubitativo sobre si la mejor opción es la Factory -es la elegida por su equipo-, quiso probar la Open. Y al parecer le fue denegado, supuestamente, porque ello proyectaría debilidad de imagen de la marca. De modo que hay leña antes de encender el fuego.
¿último año de rossi? En cuanto a Rossi, está más ejercitado que nunca. Sabe que está en el ocaso de su carrera y no quiere desaprovechar oportunidades ni poder reprocharse a sí mismo su entrega en esta etapa de decrépito. Por eso llega más liviano, ahora sí es cliente de gimnasio, y en Sepang rebajó su mejor crono en más de medio segundo. Datos esperanzadores, como lo son sus palabras de fe: "Yo quiero continuar y no quiero que esta temporada sea la última, pero también quiero ser competitivo, así que los resultados serán importantes". En un anticipo de hipotético adiós, quiere decir que si sigue es porque confía en sí mismo. Catar será un buen termómetro para la temperatura de su ambición y su capacidad. Citar que el domingo contará con 35 años y 35 días, siendo el excampeón del mundo de la categoría reina más veterano en disputar una prueba en la cilindrada más alta desde Giacomo Agostini (1977), el único piloto que se enfrenta a Il dottore en números.
Por la alternativa que es el apartado Open se ha decantado Ducati, en vista a disponer de mayor margen de desarrollo. La firma italiana contará con Andrea Dovizioso y el reclutado Cal Crutchlow, además de los escuderos del Pramac, Andrea Iannone y Yonny Hernández. Serán motos a tener en cuenta especialmente en el largo recorrido, como las Yamaha Tech3 de Bradley Smith y Pol Espargaró. No obstante, Polyccio no ha entrado con el mejor pie en la nueva categoría, pues acude a Catar mermado por su reciente rotura de clavícula. Otros que se estrenan en la cúspide son el británico Scott Redding, el francés Mike di Meglio (Avintia) y el australiano Broc Parkes (PBM). Redding empleará la nueva Honda RCV1000R Open, la máquina del equipo Aspar, para el que correrán Nicky Hayden e Hiroshi Aoyama. Como satélites de Honda rodarán nuevamente Álvaro Bautista y Stefan Bradl, a lomos de la RC213V Factory.
Sobre el asfalto se verán once campeones del mundo que ostentan 26 coronas del total de las categorías, lo que implica un nuevo récord de punto de partida en la máxima cilindrada. 16 de los 23 pilotos que conforman la parrilla de 2014 han ganado carreras, englobando un total de 333 triunfos, un registro superior a cualquier antecedente. Datos que sumados a la incertidumbre de Márquez, de la Yamaha de fábrica, de Lorenzo, de Rossi, de las motos Open... hacen de esta temporada un emocionante viaje por la élite del motociclismo.