REAL MADRID Diego López; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso (Illarramendi, m.46), Modric; Di María (Bale, m.65), Isco (Jesé, m.62), Ronaldo y Benzema.
CELTA Yoel; Hugo Mallo, Cabral, David Costas, Jonny; Augusto (Nolito, m.69), Oubiña, Álex López (Krohn Dehli, m.15); Rafinha, Charles (Mina, m.77) y Orellana.
Goles 1-0, m.67: Benzema; 2-0, m.83: Ronaldo. 3-0, m.93: Ronaldo.
Árbitro Álvarez Izquierdo. Amarillas a Álex López (m.34) y Augusto (m.43).
Estadio Santiago Bernabeu, ante unos 75.200 espectadores.
MADRID. Dos apariciones aisladas, ambas gestadas por el lateral Dani Carvajal y culminadas por Karim Benzema y Cristiano Ronaldo, junto a la inocencia de su rival, el Celta, sacaron del apuro al Real Madrid en el retorno competitivo después del parón navideño, que evitaron una despedida precipitada en la carrera por la Liga. Tuvo suerte el conjunto de Carlo Ancelotti de toparse con un rival inferior, con falta de convicción en sus posibilidades y que asume el Bernabeu como una visita de trámite. Otro rival, de más empaque, hubiera dañado seriamente al combinado madrileño y sus aspiraciones.
El Real Madrid se tomó el arranque del año con cierta indiferencia. De forma aparentemente contemplativa a pesar del nulo margen de error que le queda para seguir considerado como aspirante. El cuadro blanco, que tiró de sus pesos pesados para la irrupción anual y con Jesé en el banco, apenas inquietó al Celta en la primera mitad.
El retorno de Luis Enrique al Bernabeu fue el esperado. Sosegado para él y para el equipo, más asentado que su rival al principio y que tuvo la ocasión más clara del partido a los cinco minutos, cuando una arrancada del brasileño Charles desde el centro del campo le permitió alcanzar un centro del argentino Augusto Fernández. Se plantó solo ante Diego López el atacante. Con excesivo tiempo para pensar. Le cayó el mundo encima. El meta aguantó el tipo y rozó su disparo, que salió fuera. Una oportunidad inmejorable.
Lejos de reaccionar, el Madrid mantuvo el ritmo cansino. Con Xabi Alonso lejos de la gestación y Luka Modric intermitente. El combinado blanco cargó el juego por su banda derecha, con Di Maria y Carvajal. El argentino estuvo excesivamente impreciso. Mucho ruido y poca efectividad. Galopadas sin rumbo y regates excesivos sin destino. De Isco y Cristiano no hubo noticias.
El Celta, sin embargo, jugó con el criterio impuesto por Oubiña y Alex López. Y también Rafinha. Cada vez que el jugador cedido por el Barcelona enfilaba el área local algo se movía. Le faltó compañía al medio del Celta. La intriga se apoderó del Bernabeu. El Madrid perdió el rumbo y el Celta se creció. Ancelotti, que dejó en el descanso en el vestuario a Alonso, tiró del efecto Jesé, que ocupó el lugar de Isco. A continuación recurrió a Gareth Bale. Sólo la languidez visitante evitó una situación peor. Charles pudo volver a incendiar el asunto, pero lanzó fuera la pelota ante una mala salida de Diego López.