Ha disputado siete Mundiales con 26 años y visitado infinidad de países. ¿Se siente como Willy Fog?
No para nada. Los viajes son las cosas inherentes al deporte y estoy encantado de haber vivido estas experiencias.
Con 12 años, tuvo que irse a Jaca a ganarse la vida y también ha estado tres años en Donosti. ¿Resultó muy duro dejar su casa?
No, porque en todos los lugares en los que he estado me han tratado como si fuera mi propia familia. No tengo ninguna queja de los equipos en los que he estado y los compañeros con los que compartí vestuario. Surgió la posibilidad y lo hice para ganarme la vida.
Pero, ¿no llegó a sentir nostalgia del calor de su familia?
Hombre, un poquito sí. Al fin y al cabo, con quien mejor estás siempre es con los tuyos, pero salir fuera también te ayuda a curtirte en la vida. Me he considerado uno más en todos los lugares donde me han acogido.
La pregunta obvia. ¿Por qué se decantó por el hockey?
Todo el mundo hacía fútbol y yo quise ser diferente. No escogí otro deporte porque no se me diera bien. De hecho, era bueno y recuerdo que estuvieron a punto de cogerme en el Alavés. En septiembre hablaron con mi madre, que me dijo que escogiera lo que más me gustara. Entonces, preferí el hielo.
Su hermano Andoni, una institución del hockey alavés ya retirado, ¿qué parte de culpa tuvo en que apostara por los guantes, el casco y el stick?
Lógicamente, mucha. Me acuerdo que le veía jugar todos los días y me puso un poco los dientes largos. Enseguida, me di cuenta de que me picaba el gusanillo y que era un deporte muy completo que me encantaba practicarlo.
Mejor espejo para mirarse, no tiene, ¿verdad?
Por supuesto que sí. Como él, nadie para darme consejos.
¿Quién es mejor de los dos? Algunos creen que usted.
Cada uno tiene sus cualidades y virtudes. Siempre presto atención a lo que me dice porque, al fin y al cabo, es mi hermano mayor y va a querer lo mejor para mí. Ahora que está retirado, tampoco es que sea mi mayor crítico. Básicamente, me dice que juegue como yo sé y que tenga la cabeza fría.
Lo que sale de ustedes en los telediarios son básicamente peleas y puñetazos. ¿Le molesta?
Sí, los medios son injustos. Quiero dejar claro que el hockey no es peligroso, lo que pasa es que en la televisión únicamente sale lo peor y hay otras muchas cosas positivas que el público en general desconoce. Todo el mundo que va a ver por primera vez un partido, al final le acaba encantando.
Entonces, ¿no están locos los que lo practican?
No, para nada. Insisto en que no es lo que se ve en la tele. No es peligroso ni la integridad física de uno corre peligro. Es cierto que una modalidad de contacto, pero con otras cualidades buenas.
Véndamelo un poco mejor para los que alberguen dudas.
Tiene velocidad, jugadas, contactos, técnica de patinaje, manejo de la pastilla, goles de precisión... Es de los deportes más completos.
Entonces, ni le pregunto si se ha visto involucrado en alguna pelea.
Hombre, alguna que otra sí. Pero esas cosas se quedan en el hielo y después no hay ningún problema para tomarme unas cervezas con el que las he tenido tiesas.
Eso no lo sabe mucha gente.
Así es. Lo del hielo se queda en el hielo y fuera todos tenemos unas relaciones cordiales.
Puede que su pequeño Oier no tenga aún conciencia del 'hobbie' de su padre. ¿Le gustaría que siguiese sus pasos cuando sea mayor?
Respetaré lo que quiera hacer. Me gustaría que fuese un buen deportista y una buena persona.
Sea sincero. En las concentraciones con la selección española, se lo debe pasar en grande. ¿No?
Hay tiempo para todo. La verdad es que nos exigen un montón y trabajamos muy duro antes de un evento internacional, pero también necesitamos evadirnos un poco de la tensión. Si durante tantos días solo pensásemos por y para el hockey, acabaríamos todos locos. He de reconocer que nos lo pasamos en grande.
Cuando visita canchas calientes como las de Jaca o Puigcerdá, es habitual que los aficionados se acuerden a menudo de su madre. ¿Lo asume ya como algo natural?
Muchas veces sí me llegan los insultos cuando hay algún parón, pero en otros momentos no me llegan porque tienes que estar tan concentrado en el partido que no prestas atención a lo que te dicen de fuera. Esto forma parte del deporte y sé lo que conlleva ser el rival de uno de esos equipos. Soy consciente de que me van a llamar de todo, pero entonces lo mejor es girarte y mandarles un beso.
En las pistas de hielo, la temperatura es infernal. ¿Le afecta entonces el frío existente estos días en Vitoria?
Muchísimo. Al frío nadie se acostumbra, por lo menos yo. Lo llevo fatal y siempre procuro ir abrigado.
El que le habla no sabe patinar y apenas ha saltado alguna vez a una pista de hielo. ¿Qué consejos da?
Pues no es nada complicado. Al principio, resulta un poco difícil, pero cuando lo hace con asiduidad aprendes rápido y se coge rápido. Al fin y al cabo, el patín es como una zapatilla de la calle.
A sus 26 años, es uno de los muchos jóvenes sin trabajo. ¿Preocupado por su situación?
La verdad es que no me parece ni medio normal cómo está la población y que haya un porcentaje de paro tan alto entre los jóvenes. Los políticos están para gobernar y ayudar, pero en lo segundo no cumplen con su labor. No nos ayudan como deberían. Es duro estar en esta situación. Juego a hockey por diversión, pero esto no es fútbol y no se ganan millones. No voy a vivir el resto de mi vida de lo que gano en el hielo. Por eso, necesito tener un puesto de trabajo. La gente, por lo general, necesita trabajo: yo y todo el mundo.
Entonces, ya sé a quién le daría con el stick en la cabeza...
Evidentemente, a más de un político de los que hay.
En la calle Logroño, la pista de hielo se había quedado obsoleta y ahora en BAKH existe una que es la envidia de muchos. ¿Notan el cambio?
La verdad es que sí. En la ciudad deportiva, todo es mucho más profesional. Se nota la mano de la gente del Baskonia y del Alavés. Ahora somos un equipo respetado. No tienen ni punto de comparación las dos pistas. Es otro rollo completamente diferente.
Ahora son más conocidos tras el título liguero y la magnífica secuencia de victorias de esta temporada.
Sí, es verdad. Pero a ver lo que dura. Lo importante es que el equipo se mantenga en la élite durante muchos años. En caso contrario, no creo que nos vayan a hacer mucho caso.
Como otros deportistas de élite, ¿también sigue usted una dieta estricta y de pocas calorías?
A ver, hay que cuidarse aunque no hagas nada por un tema de salud. En España no es como en Estados Unidos u otros países donde está arraigado el deporte y son profesionales, cobran muchísimo y vigilan todo. En nuestro caso, hay algo más de manga ancha en este sentido.
Con eso de compartir vestuario con tanto extranjero, ¿habla ya idiomas?
Este año, juego con un eslovaco, un canadiense, un ucraniano, dos fineses, un sueco... Tengo que aprender inglés para entenderme con ellos porque, si no, es complicado.
Tiene 26 años. ¿Cuáles son sus planes de futuro?
Encontrar un trabajo estable y ser feliz con mi Enana (su actual novia).
l Una película. Thor.
l Un actor. Nicolas Cage.
l Una actriz. Ninguna.
l Un libro. No suelo leer.
l Una comida. Espaguetis
a la carbonara.
l Una bebida. Un cocktail.
l Un lugar para perderse. Una playa junto a mi novia Enana.
l Una virtud. Ser sincero.
l Un defecto. También ser
sincero.
l Un vicio. Las gominolas.
l Una manía. Vestirme por
el lado derecho.
l Otro deporte. Hockey in line.
l Un ídolo. Mi hermano Andoni.
l Su peor recuerdo. Mi hijo nació muerto, pero gracias a Dios
se recuperó.
l Su mejor recuerdo. El
nacimiento de mi hijo Oier.
l Una ciudad para vivir. Vitoria.
l Un grupo de música.
Cualquiera flamenco.
l Una canción. Muchas, no
sabría decir una en concreto...
l Un viaje por hacer. Una isla perdida.
l Le gustaría aprender...
Idiomas.
l Un programa de la tele.
'Fast and Loud'.
l Una serie. 'La que se avecina'.
l Un nombre de mujer. Aizea.
l Un nombre de hombre. Oier.
l Un color. Azul
l Un deportista. Un jugador de hockey hielo ruso que se llama Alexander Ovechkin.