elche. Cuando el fútbol no fluye, cuando el rival sale consciente de lo poco que tiene que perder... llega Cristiano al rescate para seguir reivindicándose como el mesías de este Real Madrid en construcción. Ayer lo hizo con dos goles, el segundo marcado tras pitar el colegiado un penalti más que dudoso en el descuento. El partido fue gris, sin apenas ocasiones. Trabado, hecho a la medida de los fajadores. Y como Ramos lo es, entró al juego y solo Muñiz Fernández sabrá por qué no le sacó la segunda amarilla que debería haber dejado a su equipo con diez desde el minuto 34. Tras la reanudación, Cristiano talonó una de sus faltas y el balón se coló entre la barrera y besó la red. El Elche tiro de arrojo y empató por medio de Boakye en el descuento. En el ocaso del choque, los merengues salvaron dos puntos con la suerte arbitral de los grandes. Foto: efe