HAIMAR Zubeldia no es de esas personas que regala titulares. Discreto, modesto y correcto, el de Usurbil acostumbra más a hablar sobre los pedales que ante los micrófonos. Y no regala prendas. Por ello, se agradece que tras la paliza de un Tour al que acudió de gregario pero terminó defendiendo la bandera de RadioShack que las caídas dejaron a medio asta, su voz suene enérgica al responder sobre su estado físico: "Ondo, ondo, ondo". Un gran punto de partida para el cuarto clasificado en la pasada edición de la Clásica.
"Los dos últimos días me he encontrado muy bien. Acabé bien el Tour, descansé el lunes, salí un poco el martes y el miércoles y jueves entrené bien. Muscularmente sé que estoy cansado, pero tengo el ritmo de competición que aporta el Tour y que es el que manda en la Clásica. Además, siempre tengo muchas ganas para esta carrera. Es en casa, y suelo llegar con un buen punto del Tour".
Ese golpe de pedal se ha solido reflejar en el Boulevard, donde fue séptimo en 2005, noveno en 2008 y cuarto en 2010, cuando, precisamente, no pudo disputar la ronda gala al fracturarse el radio de un brazo en el Dauphiné Libéré. "Entrené como un perro, y pude estar delante pese a llevar casi dos meses sin correr, lo que te genera dudas. Ahora sé que estoy bien y con un ritmo que no tenía el año pasado. De peso, estoy similar".
Quien sí ha variado es la segunda hija que ha tenido con Iosune. "Esta semana ha hecho dos meses, y tras el Tour la he notado muy cambiada. Es normal. De momento, es muy formal, y esperemos siga así", ríe.
Con 34 años, su organismo ya no guarda secretos para Haimar. Tampoco la Clásica. "El año pasado cambió el formato. La primera pasada por Jaizkibel elimina ya gente, y la segunda hace la selección buena y es donde hay que estar delante. Lo lógico es que por la cima pase un grupo de unos quince ciclistas, no tres como en 2010 (Luis León, Vinokourov y Sastre). Como se aseguraban el podio, se arreglaron bien. Lo lógico es que pase un grupo más amplio por Jaizkibel y la gente que no sea rápida se mueva en Arkale o Miracruz", como sería su caso "si estoy ahí".
No tiene duda en quiénes estarán: "Gilbert y Samuel son los grandes favoritos. Incluso algo más el belga, que anduvo muy bien todo el Tour y es un clasicómano muy completo. Han estado corriendo critériums, pero seguro que se han cuidado".
De París, a Benidorm vía Jaca
"En la Vuelta trendré opciones"
Haimar llega a Donostia tras acabar decimosexto en el Tour, un puesto con el que no contaba antes de partir de Vendée. "Fui con la misión de trabajar para los cuatro líderes que teníamos -Klöden, Leipheimer, Horner y Brajkovic-, pero las caídas me dejaron a mí como la mejor opción en la general. Fue una pena, sobre todo Klöden, estaba muy bien. Tuve cambiar de chip, aunque la primera semana cedí unos minutos por alguna caída y no tener que forzar para perder menos tiempo. Ese tiempo te pesa luego en la general, pero estoy contento. Salvo el día de Alpe d'Huez que fallé un poco, he andado bien. Yo creo que me daría un ocho", sonríe.
Con esa moral, no se va a relajar y va a preparar la Vuelta para llegar "lo mejor posible". Desde mañana, pasará dos semanas con su familia en Jaca. "Estaré tres o cuatro días sin tocar la bici, y luego entrenaré en irineos. Brajkovic y Klöden, si se recupera, estarán en la salida de Benidorm, pero seguro que tengo mis opciones y estoy animado". Que no es poco a estas alturas del año.