vitoria

Ya veremos qué es lo que sucede. Si el equipo no me quiere más, me tendré que plantear una cuestión: colgar el casco o cambiar de equipo". Fueron las palabras de Mark Webber en mayo, versando sobre su incierto futuro. Y es que el australiano termina su contrato con Red Bull este 2011 y todavía no se ha sentado a negociar. Es más, de sus palabras se destila poco interés por parte de sus jefes.

A principios de junio, el asesor de la escudería Helmut Marko confirmó a los cuatro vientos que el sustituto del piloto australiano saldrá del equipo filial Toro Rosso. "Es el diseño", argumentaba, la manera de concebir este deporte en la formación. "Intentaremos hacer lo que hicimos hace tres años con Vettel cuando Coulthard se retiró", proseguía el gestor. De modo que, entonces, se conocía que Jaime Alguersuari y Sebastien Buemi serían los candidatos, quienes se debatirían por el volante de Webber. Una batalla fraternal. "Mi objetivo es siempre quedar por delante de mi compañero de equipo", dijo ayer el catalán de 21 años.

Alguersuari es una de los mayores jóvenes valores de la parrilla y, como tal (es el más joven en debutar en la Fórmula 1, con 19 años y 125 días), cuando arranco la temporada las miradas le enfocaban sin discreción. En las seis primeras carreras el catalán no pudo cumplir con su cometido y fue ampliamente superado por su compañero Buemi. Incluso, se alimentó la especulación en torno a su futuro, que podía seguir los pasos de pilotos como Sebastien Bourdais o Scott Speed. "Estoy harto de tantas tonterías, me aburren", repasó ayer. "No tengo nada que demostrar a estas alturas, no me inquieta mi futuro", añadió. Seguro que no. Menos hoy, después de lo sucedido ayer, tras igualar su mejor resultado en el Gran Circo con una octava posición, la misma que firmó en Canadá dos semanas atrás, y conseguirla remontando desde la decimoctava posición de partida hasta la octava final. Una gesta que le ha valido para en dos pruebas igualar en puntos a su compañero. Lo que le reafirma como candidato a la plaza que Red Bull podría dejar vacante. Una reacción espectacular la del catalán.

"Para mi no ha sido la mejor carrera de la temporada", valoraría Alguersuari, que apostó por una estrategia de dos paradas, una materialización que se pudo llevar a cabo gracias a su buena gestión en el desgaste de los neumáticos. Una propuesta que Buemi, que concluyó decimotercero, no consiguió emular porque no rodó tan delicadamente. Y eso que Jaime se vio obligado en las postrimerías a defenderse de los ataques de un furioso Sutil, con quien, por cierto, tuvo un incidente en Mónaco que le dejó sin cuatro puntos más. "Yo no soy superman, no me siento un superclase, soy un atleta que ama su trabajo y pretende hacerlo lo mejor posible en un deporte que requiere un gran conocimiento técnico, y hoy -por ayer- he conducido un buen coche", apostilló. Una coletilla que venía a decir algo así como: imaginaos de lo que sería capaz a los mandos de un Red Bull, que, claro, es un bólido mucho mejor que el hermano menor Toro Rosso. Y, bueno, hace falta un sucesor.