PANATHINAIKOS Diamantidis (4), Nicholas (9), Fotsis (8), Batiste (12) y Perperoglu (10), Vougioukas (6), Zoumpos, Sato (9), Tsarsaris (14), Calathes (6), Borgis y Tepic (4).

UNICAJA Rodríguez (5), Jiménez (7), Blackney (10), Freeland (11), Printezis (7), Freire, Rubio (4), Sinanovic (5), Blanco (2), García y Almazán (5).

Parciales 26-13, 19-12, 23-14, 14-17

Árbitros Fabio Facchini, Srdan Dozai y Robert Vyklicky.

Estadio O.A.K.A. 6.000 espectadores.

ATENAS. El Unicaja cayó ayer derrotado en la pista del Panathinaikos (82-56) en un encuentro en el que los atenienses se distanciaron en el marcador al final del primer cuarto y ya no dieron opciones en el resto del encuentro, que supone la segunda derrota de los cajistas en el Grupo E del Top 16 de la Euroliga.

El equipo de Chus Mateo salió a la pista con la intención de plantar cara a los griegos, aunque pronto comprobó que superar la defensa de los locales iba a ser una ardua tarea. Tras sufrir las bajas de Archibald, Tripkovic y McIntyre, y ver cómo su mejor hombre, Joel Freeland, se cargaba muy pronto de faltas, los malacitanos dieron pronto su brazo a torcer.

Dos tapones de Fotsis anunciaban la capacidad de intimidación de los hombres altos del Panathinaikos. Los malagueños, mientras tanto, trataron de emular a su rival, aunque con un exceso de intensidad que provocó que se cargasen de faltas muy pronto.

Joel Freeland, el alma de este equipo en ataque, cometió dos faltas que obligaron a una temprana salida a cancha del gigante Sinanovic, quien sustituía en la convocatoria al lesionado Robert Archibald. Por otra parte, otro jugador clave en el ataque malagueño, el base McIntyre, contemplaba el partido desde el banco, debido a unas molestias gastrointesinales que obligó a Mateo a reservarlo para la Liga ACB.

El segundo periodo no comenzó muy bien para Unicaja ya que, nada más iniciarse, Freeland cometía su tercera y cuarta falta personal, viéndose obligado a volver al banquillo sin haber tenido tiempo para aportar a su equipo.

A la salida del vestuario poco o nada permitía albergar esperanzas de una remontada visitante. Hasta el final del encuentro, los griegos dominaron completamente el partido, sin existir en ningún momento una reacción del Unicaja.