Tras pasar este lunes por la tarde por Eva Forest Liburutopia, Anari regresa este jueves a la capital alavesa. La sala Jimmy Jazz acoge uno de los primeros conciertos de presentación de Giza Zarata. Será a las 21.00 horas cuando se abran las puertas del espacio de la calle Coronación, donde todavía quedan entradas pero tampoco demasiadas.

¿Qué tal los primeros tres conciertos de la gira de presentación de ‘Giza Zarata’? Lo digo porque este es un disco muy producido, se sirve bastante crudo, por así decirlo.

–Es una gozada para tocarlo en directo. Es verdad, como dices, que es un álbum como muy directo. No está ultraproducido. Sí ha sido un reto el hecho de redistribuir la banda porque hay temas que llevan dos teclados o tres guitarras. Pero incluso eso ha sido bastante natural. Es un disco precioso para tocarlo en directo. Es dinámico, con momentos muy distintos, algunos muy cañeros, otros muy desnudos, otros más narrativos... En Intxaurrondo fue el primer concierto y tanto allí como en Bilbao y Gernika hemos estado muy a gusto. A Gasteiz llegamos ya a recrearnos (risas). 

Y 2024 tocar, tocar y tocar todo lo que se pueda... 

–Sí y además como está teniendo tan buena acogida, la verdad es que propuestas no están faltando.

Mucha gente habla de la vuelta de Anari como si en los últimos años usted hubiera estado sin hacer nada, como si no hubiera publicado, por ejemplo, dos libros. 

–¡Menos mal que alguien se da cuenta! (risas). Me están poniendo una fama de vaga... Es verdad que me cuesta ir de disco a disco, pero bueno, que entre medio del último y del actual han salido dos libros y un single (Orain entzungo duzun hau). Todo cuesta y lleva su trabajo.

"Ahora mismo soy más reescritora de mí misma porque estoy traduciendo Gari eta goroldiozko al castellano"

Uno de los libros es una mirada a sus letras. ¿Cómo nota la evolución de la Anari Alberdi compositora desde este ‘Giza Zarata’? 

–Pues mira, justo creo que en este disco soy más la compositora de los 90 que la de, por ejemplo, 2005. No sí es ha sido algo consciente pero en este álbum hay una conexión con esa primera Anari, también por el hecho de enfrentarme en solitario a las canciones. Quiero decir, que no ha habido, como en otros discos, un trabajo de los temas con la banda en el local, sino que han salido a solas en casa, trabajando los arreglos en un pueblo entre Valencia y Albacete con Joaquín Pascual y grabando con Paco Loco. Pero ante las decisiones que ha habido que ir tomando, he estado a solas. También he querido mantener una resistencia estética.

¿En qué sentido? 

–Diciendo que el tiempo no te cambie. Que te haga evolucionar, eso sí. Parece que con la experiencia tienes que sonar más redonda, sin arista, con un todo más producido. A mí ahí me ha salido esa resistencia de la que hablaba, una resistencia que se plasma con canciones que están con la primera toma. Sí, imperfectas, pero así se han quedado porque el tema está vivo y no quiero domesticarlo. Ahora se pueden hacer todo tipo de trampas en el estudio y acabas super-producciendo las canciones. Frente a eso, ha habido esta apuesta por el riesgo. Es donde mejor me reconozco tanto en este álbum como en los anteriores. Necesitaba ponerme en ese punto y estar grabando una canción y sentir el vértigo a la hora de cantar o de decir una letra. En ese abismo me he sentido muy bien.

Me habla de vértigo a la hora de cantar una creadora que, con todos mis respetos, tiene ya el culo ‘pelao’ en esto de la música. 

–Busco el vértigo. Es tanta la tecnología que existe que puedes terminar cantando una canción por sílabas. Seguramente hay discos de Anari más perfectos cantados que este porque están más editados. Puedo cantar desde esa experiencia e intentar hacerlo de manera más controlada. Pero aquí hay una intención de: venga, a la primera. A la hora de escribir también se sigue la misma línea.

Anari

Anari Cedida

¿La autora de libros está ahora de vacaciones o...? 

–Ahora mismo soy más reescritora de mí misma porque estoy traduciendo Gari eta goroldiozko al castellano. Estaba con ello antes de ponerme con el disco. Y digo reescribir porque, al final, una misma se puede tomar la licencia de cambiarse algo en ese proceso de traducción. Eso sí, hay que mantener el error. Vamos, eso creo. Tengo que hablar de esto con mis amigas escritoras para ver qué me dicen sobre hasta qué punto hay licencia para rectificar (risas). Después de estos primeros directos, volveré a ese trabajo de traducción para publicar, seguramente, en 2025. Pero ahora mismo no estoy en el punto de volver a escribir desde cero.