“No somos jamaicanos, somos de Vitoria y siempre hemos hecho el reggae a nuestra manera, como nos gusta”. En esa senda, Green Valley se ha convertido a lo largo de los años en una banda referencial, también en muchos otros países. Todo nació en la capital alavesa, en aquellas primeras actuaciones en el Gaztetxe de un Ander Valverde que ni se podía imaginar hasta dónde iba a llegar su sueño. Ha llovido lo suyo desde aquella primera maqueta, El sueño perdido.
En este 2024 que acaba de comenzar, la banda celebra 20 años de camino, que se dice pronto. Y aunque desde hace ya tiempo, el grupo tiene su sede en tierras catalanas, Valverde y los suyos tienen claro que el cumpleaños se tenía que empezar a vivir en Gasteiz. Así va a suceder este viernes y este sábado en una sala Jimmy Jazz donde casi no queda ni un hueco, solo algún pase para este viernes, y en la que puede que se produzcan algunas sorpresas y aparezcan algunos invitados.
“No movería ni una de las piedras que nos hicieron tropezar, no desharía ni un centímetro de camino por volver atrás, pero es de bien nacido ser agradecido y queremos volver a nuestra ciudad, porque 20 años no son nada, pero sí son un buen motivo para volver y celebrar. Llámalo magia, perseverancia, pasión, llámalo como quieras pero como en absolutamente todo en la vida, el ingrediente secreto en el amor”.
En estas dos jornadas en el espacio de la calle Coronación, las puertas se abrirán a las 21.00 horas. No habrá teloneros, así que todas las miradas estarán centradas desde el segundo uno en Green Valley. En ambos casos, además, la fiesta posterior contará con la presencia a los platos de Dj Loro. El sello alavés siempre presente.
“Nos llamaban locos y estábamos locos, pero por cumplir sueños, esa locura, bendita locura, nos ha dejado cicatrices, aventuras y conocimientos. Hemos viajado por medio mundo con nuestras canciones, hemos recibido millones de toneladas de cariño. Hemos hecho miles de kilómetros en furgonetas y aviones, hemos perdido guitarras y maletas, pero seguimos con la inocencia de un niño”.
Solo el primer paso
La fiesta en Gasteiz va a ser para recordar, eso seguro. Habrá, además, que atesorar cada segundo porque da la impresión de que va a costar volver a encontrarse con el grupo teniendo en cuenta la agenda más que apretada que se está preparando para este año de aniversario. Su inminente gira por varios países de Latinoamérica es un claro ejemplo.
El próximo 25 de enero, de hecho, arrancará un tour en formato acústico que se va a traducir en 16 conciertos en cinco países diferentes. Todo ello hasta el 25 de febrero. Green Valley cumplirá así visita a un público que siempre le ha acompañado y con el que ya ha tenido la suerte de encontrarse en viajes anteriores. La música no conoce fronteras, eso está claro.
Será en Monterrey donde se inicie el viaje. Sin salir de tierras mexicanas, el grupo pasará además por Guadalajara y Ciudad de México. De ahí, antes de que acaba este primer mes del año, se llegará a Costa Rica, más en concreto a San José.
Febrero se empezará en Colombia. Así, la agenda se desplegará por Medellín y Bogotá. Chile tomará el relevo con actuaciones en Concepción, La Serena, Quilpué, Santiago y Pichilemu. De ahí se pasará al último tramo de la gira al otro lado del Atlántico, una parte que se desarrollará en Argentina. Así, se recorrerá San Isidro, San Justo, Córdoba, Quilmes y Buenos Aires.
Serán, sin duda, fechas muy especiales porque la banda nacida en la capital alavesa siempre ha encontrado al otro lado del Atlántico una respuesta muy entusiasta y numerosa. “La primera vez que llegamos a Bogotá, según nos bajamos del avión, el promotor nos dijo: ¿Qué habéis traído de merchan? Llevábamos una maleta. Nos la compró al instante. Nos quedamos un poco alucinados. Antes del concierto, hicimos una firma de discos. Estuvimos ocho horas. Creo que pasaron por allí 3.000 personas. Y allí el tío vendió nuestro merchandising, que daba como para 200 personas, pero también unas 2.800 camisetas que había hecho el promotor a su bola. Hizo buen dinero”, recordaba Valverde en estas mismas páginas el año pasado. “En Latinoamérica la gente está muy encendida. Es impresionante”. Toca volver.
Sin descanso
De todas formas, aunque todavía se tiene que terminar de diseñar todo lo que va a suceder en este vigésimo aniversario, va a ser regresar a este lado del charco y volver rápido a la carretera, combinando las actuaciones en salas y festivales, así como el formato acústico y el de banda.
De momento, ya se sabe que en marzo la banda será parte del Primavera Trompetera (Jerez), para seguir en abril por Alicante, Murcia y Valencia. En mayo esperan el Viña Rock (Villarrobledo), así como Bilbao, Donostia, Málaga y Sevilla. Y para agosto ya está confirmada la participación en otro festival como el Rabolagartija (Villena). Para después de verano, llegarán las actuaciones en Madrid y Barcelona, ambas en noviembre.
“Somos cuerpos en movimiento como hojas movidas por el viento, en 2004 hicimos nuestros primer concierto y 20 años después, se ha convertido en el Érase una vez, con el que comenzaba nuestro cuento”, dice la banda antes de comenzar este largo tour. Llega el momento de celebrar el pasado para darse cuenta del presente y saber valorarlo, pero sin perder de vista en ningún momento que a Green Valley le queda por delante mucho futuro.
Testigos del camino recorrido son los álbumes En tus manos, La voz del pueblo, Mírame a los ojos, Hijos de la tierra, Ahora, Bajo la piel y La llave maestra. En ellos están temas como No me voy a rendir, Escribe tu historia, Bailando al son del mar, Nunca pararé, Los sueños o Si no te tengo, entre otros. A buen seguro, una buena parte de ellos estarán entre los repertorios que se vayan desarrollando este año de celebraciones y cumpleaños.
Un aniversario que va a comenzar donde todo empezó, antes de que Valverde y compañía tomaran la decisión de trasladarse a Barcelona para asentar la apuesta y hacerla crecer. “Cuando fuimos no teníamos ni un duro. Comíamos arroz con pimiento verde. Comprábamos un paquete de arroz para toda la semana y el pimiento lo robábamos”. Han sido muchas las vivencias y las anécdotas. Es el momento de festejar y compartir.