Compartir en torno a la cultura vasca haciendo que todas las partes implicadas puedan vivir una experiencia enriquecedora. Sobre esta base, que en pocas palabras encierra muchas intenciones, esfuerzos e ilusiones, se viene construyendo desde la localidad argentina de Villa María el programa Anima zaitez por el que se establece un puente que une los dos lados del Atlántico gracias al esfuerzo del Centro Vasco Euzko-Etxea de la ciudad ubicada en el centro de la provincia de Córdoba.
La propuesta se viene desarrollando desde 2016 y está dirigida a jóvenes de Euskal Herria de entre 20 y 35 años. Del 14 al 31 de julio se va a desarrollar, de hecho, la sexta edición de una iniciativa “que busca personas con inquietudes y ganas de aprender y enseñar”, explica el gasteiztarra Iñaki Landa. El suyo es uno de los cuatro nombres seleccionados en este 2023 junto a los de Garazi Suinaga (Gorliz), Garazi Fernández (Barakaldo) y Larraitz Goikoetxea Urdangarin (Beasain).
“No nos conocíamos”, describe Landa, así que antes de emprender viaje, los cuatro están haciendo un amplio e intenso trabajo de preparación para ultimar todos los detalles de la labor que quieren desarrollar allí. Para eso están siendo fundamentales las nuevas tecnologías, aunque también ha habido algunas reuniones presenciales. Esto último, de todas formas, es un poco complicado, sobre todo porque Suinaga se encuentra realizando sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata. “Se incorporará a la expedición ya cuando estemos allí”.
De todas formas, las distancias no impiden que las labores previas sigan su curso para llegar a Villa María dispuestos a aportar. “Cada uno tenemos perfiles diferentes y vamos a desarrollar nuestras características propias”, más allá de que “nosotros vamos también a aprender”, describe Landa, siempre con la cultura vasca como eje.
Al fin y al cabo, lo que la euskal etxea de Villa María busca con Anima zaitez es “conocer a jóvenes vascos, mostrarles el trabajo que realizamos en nuestro Centro Vasco y todo lo que nuestra hermosa ciudad tiene que ofrecer; al mismo tiempo ellos nos brindas sus conocimientos sobre múltiples aspectos de la cultura vasca permitiéndonos tener una visión actualizada de lo que sucede allí”. En este sentido, de la iniciativa se destaca la capacidad de generar lazos de amistad y colaboración que está generando.
Para la euskal etxea el esfuerzo es importante. No en vano, se hace cargo de la estancia de las cuatro personas durante estos 15 días gracias a la participación de residentes voluntarios, que abren las puertas de sus casas. Costear el viaje queda en manos de los jóvenes seleccionados. Pero esos esfuerzos por ambas partes merecen la pena. “Se trata de ir, conocer, conectar con la gente de allí, con la comunidad vasca y ser puente. Ahí está lo enriquecedor”.
Dantzas, euskera...
“Tenemos que acertar en qué es lo que quieren de nosotros y cómo lo podemos ofrecer”, apunta Landa, un trabajo que justo se está cerrando ahora. Lo fundamental es aprovechar la formación y conocimientos de cada uno para desarrollar una serie de talleres sobre materias diversas, como dantzas y música, euskera... pero también gastronomía.
“No se trata de dar clase, para nada. Es una cuestión de compartir mientras conseguimos generar dinámicas en las que todo sea muy divulgativo y práctico”, apunta el periodista, gestor cultural y profesor vitoriano, que ya ha colaborado anteriormente con centros vascos de Mendoza y Neuquén (Baskos de la Confluencia). “Lo que más me motiva de esta propuesta es poder seguir conociendo gente y sus historias personales y las de sus familias”.
En este contexto, se va a llevar a cabo un programa de actividades en el que, por ejemplo, Suinaga, que ha estudiado filología vasca, propondrá talleres vinculados con el euskera y otros aspectos como la mitología. Ella busca apoyar proyectos que fomenten la diversidad cultural, por lo que cree que esta experiencia será enriquecedora.
También habrá una atención especial a la música, sobre todo de la mano de Fernández, que es profesora en este campo. Ya ha estado en Argentina, participando junto a Laguntasuna Elkartea en la Semana Nacional Vasca 2022 de Macachín. En su caso, la intención es trabajar en torno a las dantzas vascas y el txistu, además de llevar a cabo alguna propuesta específica para los más pequeños. Busca compartir la cultura del País Vasco con otras personas, ya que eso es parte de su identidad.
También profesora, además de componente del grupo Ostadar, es Goikoetxea Urdangarin, quien va a tomar parte en diferentes talleres de danza, música y gastronomía durante la estancia en Villa María. Ella pretende con esta experiencia conocer desde dentro la diáspora vasca y el trabajo tan importante que desarrollan las euskal etxeas. De hecho, la intención es de la comitiva que saldrá desde aquí es conocer también algún otro centro vasco aprovechando el viaje.
Una euskal etxea muy activa
El 29 de septiembre de 1946 se fundó el Centro Vasco Euzko Etxea de Villa María, un proyecto que a lo largo de sus 77 años de trabajo ha sido, y es, un punto de encuentro fundamental para la cultura vasca y para los descendientes de quienes, en su día, dejaron atrás su tierra natal.
Lleva a cabo un intenso programa de talleres, que incluye el euskera, las dantzas o la música coral, sin perder de vista la organización de encuentros, charlas y proyecciones. “En esta edición queremos sacar el programa a la calle y que el pueblo conozca lo que hacemos en la euskal etxea. Por ello, trabajaremos en dos direcciones. Por un lado, realizaremos actividades dirigidas, sobre todo, a la gente que ya participa en la institución, y, por otro, actividades dirigidas al público en general, realizadas con otros espacios e instituciones locales”, apunta Flor Deniz, vocal del Centro Vasco y coordinadora de Anima zaitez.
Por cierto, en el marco del programa, los cuatro participantes visitarán escuelas rurales de la zona y asistirán a la Universidad Nacional Villa María, donde serán recibidos en la Secretaria de Internacionalización.