Hasta un “escrito de defensa” por un par de pezones femeninos en una portada tuvo que cumplimentar Miren Iza, el alma del proyecto musical que desde hace casi 20 años crea música como Tulsa, para que sonara en Spotify su más reciente sencillo, No quiero hacer historia. La guipuzcoana ahora sonríe por lo vivido en el lanzamiento de esa canción adelanto de su próximo disco, Amadora, que verá la luz en algún momento de otoño y que coincide con el arranque de una gira por junto a jóvenes músicos del Liverpool Institute for Performing Arts (LIPA), un tour que este sábado 10 tiene parada obligada en la gasteiztarra sala Jimmy Jazz.

“Es una cosa tan loca como que puedes subir una imagen supersexualizada de una mujer si se tapa los pezones. ¿Entonces el pezón te molesta en este caso porque no está al servicio en este momento de tu deseo o en qué momento te resulta ofensiva, porque es la teta de una mujer mayor?”, reflexiona ante la imagen empoderadora de la actriz Socorro Anadón que ilustra su última canción.

El entuerto comenzó cuando mandó el tema a la plataforma y esta le devolvió un escrito automático, generado por un algoritmo, con unos vínculos a su política en torno al desnudo. “Tuvimos que hacer un escrito defendiendo que esos pezones estaban justificados por el personaje”, recuerda, “alegre” porque todo se haya solucionado, aunque considere que hacer ese escrito “ya fue un insulto”.

En No quiero hacer historia, Iza (Hondarribia, 1979) relata uno de los episodios de su próxima protagonista en canciones, Amadora, “que va a hacer un viaje de transformación, porque está destinada a amar y trata sobre cómo se deshace un poco ese designio vital” de dar un paso atrás en favor del hombre.

“Me han inspirado muchas mujeres, entre ellas mi hermana y mi madre, mujeres que no fueron educadas en querer hacer historia, sobre todo esa generación anterior, que lo fueron más bien para ser ángeles del hogar y el gran sostén de los individuos en la casa”, explica.

Coincide en que “en torno a la mujer madura hay un mundo inmenso por escribir y por cantar, porque siempre se ha representado el deseo masculino y a la mujer en función de ese deseo”. “¿Entonces qué pasa con la mujer en la música cuando desea como sujeto?”, se pregunta.

“En parte pasa como en el cine, que hay poquitas artistas que sostengan una carrera, en la música ni te cuento, no solo que no haya canciones sobre ellas, sino también que más allá de la conciliación familiar hay una cuestión interna que a mí me ha pasado, la de si el pop es algo de jóvenes”, argumenta.

“La punki que llevo dentro”

Ella se ha rebelado contra ese pensamiento. “Es la punki que llevo dentro y me empuja a seguir, el pensar que a mí me encanta ver a mujeres mayores todavía en el escenario y entender que, si yo sigo, también voy a animar a otras, aparte de que me apetece y tengo la sensación de tener aún cosas que decir”, añade.

A la espera del resto del álbum, en los próximos días inicia una gira en la que recopilará lo más granado de la producción que inició como Tulsa en 2006 con el disco homónimo y que se extiende hasta el más reciente Ese éxtasis (2021), esta vez con “nuevos colores” como vientos y coros gracias al fruto de su intercambio musical de la mano del programa Artistas en Ruta (AIE) y el Liverpool Institut for Performing Arts (LIPA).

En esa escuela fundada por Paul McCartney, durante una semana del pasado mayo impartió clases magistrales a un grupo de alumnos que ensayaron su repertorio. Primero tocaron en Liverpool juntos y ahora seguirán travesía por Madrid (7), Zaragoza (8), Pamplona (9) y Vitoria (10). “A estas cosas hay que ir, porque siempre te transforman y, en el fondo, da igual que no entiendan las letras. Hay que perder un poco el miedo a moverse por países no castellanoparlantes”, cuenta sobre la experiencia.

Opina a continuación, no obstante, que este tipo de iniciativas se quedan cortas para lograr una exportación estable de la música en español a otros países. “No permea, porque se queda para ellos en algo muy puntual. La Fundación SGAE u otras instituciones de ese tipo deberían deberían apoyar más esto, al menos que haya algo que a los artistas nos permita sostener un poco el nivel de gastos”, dice.

“Yo de Liverpool me he llevado ganas de trabajar, por ejemplo en la técnica. Hay diferencia entre que tu pulsión por la música nazca en el garaje de una amiga o en un entorno académico. La mía fue en un garaje y oportunidades como esta te pueden llevar a otros sitios”, celebra.