Dos días intensos de mucho trabajo tanto en la calle Herrería como en Madre Vedruna. El pasado jueves, Imanol Ortiz López estuvo ante el público en la segunda edición del festival iCOFF-Gasteiz presentando Alumbramiento, su más reciente cortometraje y un título que le está deparando no pocas buenas noticias. Pero fue dejar la sesión y ponerse a ultimar los detalles del nuevo proyecto está rodando en este final de semana, de nuevo con la capital alavesa como escenario. Jende arrotza y No hay que hablar con extraños son dos títulos para la misma producción ya que el resultado final se distribuirá tanto en euskera como en castellano.
No es que se esté rondando en ambas lenguas. De hecho, el resultado final no tendrá sonido en directo. Lo que el público verá es una historia contada con voz en off, la de la niña protagonista del corto, interpretada por Inés Fernández, a quien se ha podido ver en Venus, de Jaume Balagueró, y que hace nada ha tomado parte también en el rodaje que se ha estado llevando a cabo en Amurrio de Deviant, de Daniel Muñoz Caneiro.
En sus manos está el relato de una historia de terror de cuyo argumento pocos detalles se pueden dar, por cuestiones evidentes. Tan solo decir que el personaje que interpreta Fernández va contando cómo ha conocido a un hombre que se supone que es muy simpático, que hace maquetas de aviones, tiene un taller y una tienda de ropa. Él, aunque en realidad nunca se le llega a ver por completo, es Julio Hidalgo.
Poco más se puede decir, salvo que, diez años después, este corto remite a Peter Pan, otra de las obras de Ortiz López. De hecho, existen varias similitudes, para empezar que ambos toman como punto de partida relatos del escritor peruano Fernando Iwasaki. Además, en las dos producciones audiovisuales, los personajes principales son niños, ambos están narrados desde la perspectiva infantil, y cuentan con un “enorme componente de terror”.
Para otoño
Tras concluir el rodaje de esta nueva propuesta, que cuenta con ayudas de la Diputación y del Ayuntamiento de Vitoria, el resultado final, que como mucho llegará a los ocho minutos, estará listo para estrenarse en el último trimestre del año, cuando se suelen suceder los festivales dedicados al fantástico y al terror, como Sitges.
Será el momento en el que el público se encontrará con una obra que se ha querido rodar en negativo. “Llevaba 20 años sin hacerlo. Voy a grabar en 16 milímetros porque la textura que da el negativo no la da el digital. Esto tiene sus pros y sus contras. El pro es que tienes ese plus de la textura y el grano; la contra es que tenemos 80 minutos en latas y hay que ser superpreciso. Tiene que ir todo medidísimo en el rodaje”, explica el realizador y guionista.
Además, en este caso ha habido que hacer otro esfuerzo importante –más allá de la siempre complicada lucha para encontrar financiación– para conformar el equipo humano que está tomando parte en la realización de la propuesta. “Hay muchos rodajes de películas y series en el País Vasco, sobre todo en Bizkaia por lo de las deducciones fiscales, y me he tenido que traer gente de Barcelona y Madrid. No me ha quedado más remedio. Una vez que consigues buenos profesionales, como es el caso, el resto se encauza pero es evidente que aquí empiezan a faltar técnicos”, una reflexión que de un tiempo a esta parte están realizando no pocas voces del sector.
Por de pronto, él ha conseguido armar un equipo sólido para hacer realidad este corto que está impulsado por Orlok Films, productora que ha creado el propio Ortiz López y que está especializada en el guion, dirección y producción de películas y series de género (terror, thriller, fantasía y ciencia ficción). Una firma que también tiene la mirada puesta en otros proyectos. Es el caso de la vitoriana Elixabet Núñez, especializada en diseño de vestuario que va a dirigir su primer corto, Ma-Maniquí, que acaba de conseguir una ayuda en el reciente Festival de Cine de Málaga, donde se estrenará en 2024.