Sílvia Pérez Cruz, que publica mañana el álbum Toda la vida, un día, defiende una industria musical de creaciones elaboradas con mayor “paciencia” frente a una tendencia de “más ansiedad”, donde “todo es súper fugaz” tanto para los creadores como para los consumidores.
“Viendo a todos los artistas que conozco, hay mucha ansiedad. Todo envejece muy rápido. Creo que eso sí que nos hace mal a todos”, señala en una entrevista concedida sobre su nuevo álbum, uno que rompe con las tendencias al incluir 21 canciones. Un trabajo, que la artista presentará el próximo 8 de julio en el polideportivo de Mendizorroza, dentro de la última doble sesión del cuadragésimo sexto Festival de Jazz de Vitoria.
En Toda la vida, un día (Sony Music), Pérez Cruz (Palafrugell, Gerona, 1983) trata de ordenar toda una vida, lo que conlleva un proceso creativo largo y también un producto extenso. En concreto, son 69 minutos de canciones, un viaje que ella quiere pensar que los oyentes intentarán “hacer entero”, si bien es consciente de la fugacidad de los tiempos.
“En realidad son 69 minutos que si pensamos en música parece mucho, pero si te ves una película es mucho más”, apunta, para reconocer que intenta animar a los consumidores a valorar trabajos extensos como el suyo y que no cumplen con un pensamiento comercial en estos tiempos en los que no se tiene “paciencia para elaborar un discurso grande”.
Sin embargo, precisa que no pretende cambiar la manera actual de escuchar música y quiere adaptarse, por lo que ha dividido su octavo álbum en cinco movimientos que representan las etapas de “toda una vida” con “canciones de distintas sonoridades” y vinculadas a un color.
La primera etapa, La Flor (amarillo), narra la infancia con una música “amable, con maderas y cuerdas”, mientras la segunda, La inmensidad (azul), ahonda en la juventud con la “búsqueda de sonoridades distintas, incluyendo más sintentizadores y grabado en espacios distintos”.
Asimismo, la tercera, Mi jardín (verde), navega en la madurez explicando “la intimidad”, el cómo “al llegar a una edad ya no se quieren cosas tan increíbles, sino de calidad”; la cuarta, El peso (negro), incide en la vejez y suena “más clásica y profunda”. Por último, El renacimiento (rojo) reivindica la alegría “con más ritmo y voces”.
Sobre estos movimientos, ha indicado que su objetivo era también “facilitar y proponer una manera de escuchar”, como “un cuento”, para lo que en su formato físico viene acompañado de una especie de libro o un mapa.
La belleza de las edades
Con composiciones y arreglos propios, el disco, que mezcla la intimidad de la soledad y el canto colectivo, nació gracias a la canción que le da nombre y que Pérez Cruz compuso para la cantora argentina de 76 años Liliana Herrero.
En esta línea, destaca que este trabajo es también “una reivindicación de la belleza de todas las edades”, pues hay colaboraciones con artistas jóvenes y mayores, entre ellas Juan Quintero, Natalia Lafourcade, Carmen Linares, Pepe Habichuela o Salvador Sobral.
“Creo que es muy importante porque pasan cosas bellas en toda nuestra vida y tenemos que entenderlo y cuidarlo porque si todo va bien, todos llegaremos a esa edad”, defiende la artista, quien avisa de que ahora ve que “la gente se siente vieja muy pronto”. “Artísticamente parece que si no triunfas a los 23, 24 ya se te ha pasado el arroz”, advierte.
Además, Toda la vida, un día es el primer álbum de Pérez Cruz con Sony Music, compañía a la que se unió tras abandonar Universal Music. Al respecto, explica que su decisión fue motivada por una necesidad de “renovar”: “Ha sido una etapa muy bella con Universal. Y ahora empiezo una etapa que siento también muy bella”.
Pensadora y creadora
Por otro lado, cuestionada sobre que el productor Raül Refree, con quien produjo su segundo álbum, Granada (2014), dijese que consideraba este álbum al igual que Los Ángeles con Rosalía y Lina_Raül Refree, con Lina, era para el “una trilogía personal”, la artista catalana se muestra sorprendida y molesta.
“Lo veo un poco posesivo. Por lo menos yo puedo hablar de mí, y viendo el trabajo que hace Rosalía, intuí que ella también es una persona que se implica mucho en los trabajos”, defiende, para tildar las declaraciones también como “una falta de respeto”.
Al respecto, dice que es curioso que, además, se trate de trabajos realizados con tres mujeres. “Creo que hay que reivindicar un poco más la mujer como pensadora y creadora”, sentencia.