El teatro vasco cuenta con trece nominaciones de cara a la gala de los premios Max de las artes escénicas, que la Sociedad General española de Autores y Editores entregará hoy, 17 de abril, en Cádiz. La directora, dramaturga, actriz e investigadora teatral, María Goiricelaya (Bilbao, 1983) ha dado la campanada con sus dos creaciones, Altsasu y Yerma, que optan a cinco Max, los más importantes de las artes escénicas del Estado con permiso de los nacientes premios Talía.

Concretamente, Altsasu, que es una producción de su compañía Dramática Errante, se puede llevar la Mejor autoría teatral y está entre las cinco finalistas a mejor espectáculo teatral del año. Y su adaptación de la obra de Federico García Lorca, Yerma, el de la mejor dirección de escena, la mejor actriz (Ane Pikaza) y la Mejor adaptación o versión de obra teatral

“Estamos muy ilusionadas porque viajamos a Cádiz tanto el equipo de Altsasu como el de Yerma. Vamos a celebrar haber llegado hasta aquí, además en un año complicado para el teatro. Es cierto que el teatro se está recuperando, pero no hemos llegado todavía a las cifras de público previas de 2019. Paulatinamente, cada vez hay más espectadores, aunque los hábitos de consumo también han cambiado, sobre todo los culturales; no sé si volveremos a las cifras prepandémicas”, asegura esta bilbaina, que también es responsable de la programación de la Sala BBK y junto con Ane Pikaza, directora artística del Festival de Teatro de Olite.

María Goiricelaya no ve los premios Max como “una competición. Para mí es una gran fiesta, una gran celebración con amigos y amigas. Están nominados también, por ejemplo, Iñaki Rikarte, a quien yo admiro profundamente desde hace muchísimo tiempo o Alberto Conejero y Xabier Boves, que también optan a la mejor dirección. Es un lujo y es un gustazo, el otro día hablaba con Esther Carrodeguas, que también aspira al Premio Max de Mejor Autoría Teatral por Supernormales, y me decía muy divertida: “Esto es maravilloso porque gano yo el Max, lo ganas tú o lo perdemos juntas. Para mí el principal motivo de estos premios es juntarse, hablar, abrazarse y ver qué está haciendo cada uno y celebrar una profesión que es muy dura”.

Ambas obras de la creadora vasca están teniendo un gran recorrido: “Altsasu ha pasado ya de las 50 funciones, se acaba de presentar en el Festival Grec, que es el más importante de Cataluña, donde se podrá ver el 4 y 5 de julio; se ha visto en Montevideo, ha pasado por Colombia dos veces, tras los Max se representará en Galicia y en Madrid. Ademas, en Bogotá se representó en euskera, lo que fue una cosa muy bonita, y el espectáculo va a seguir girando durante este año y parte del siguiente”.

El proceso de Yerma ha sido similar, “está alrededor de las 40 funciones y tiene algunas programaciones cerradas, se podrá ver en Madrid también el año que viene... Creo que los premios también ayudan bastante a que, de repente, haya nuevas contrataciones, sirven para poner el foco en el espectáculo y avalar su recorrido”, asegura esta dramaturga.

Goiricelaya piensa que el teatro puede cambiar el mundo. Esa apuesta por el teatro como un arte vivo capaz de generar reflexión está presente tanto en Yerma, una adaptación libre de la obra de Federico García Lorca, como en Atsasu. “Nuestra Yerma no tiene las palabras de Lorca pero tiene las de todas las mujeres que, a día de hoy, están pasando por procesos similares en relación a la imposibilidad de ser madres de forma biológica. Es un canto a la visibilización de la infertilidad, sobre la que todavía hay muchos tabús. Cuesta mucho hablar y compartir el hecho de que eres infértil y de que no todo el mundo puede tener descendencia de forma biológica”.

Para Goiricelaya, Altsasu basada en las transcripciones del juicio oral que siguió a los sucesos de 2016, “es una obra que necesitaba ser vista. Todo el mundo tenemos una idea preconcebida sobre lo que sucedió allí y sobre lo que a nosotros nos parece que es correcto, incorrecto o ético, como queramos llamarlo. En el estreno en el Arriaga hubo público en pie en las tres funciones y hablamos de un público muy diverso, de ideologías muy dispares. Creo que el espectáculo funciona precisamente porque hace un alegato sobre que nadie tiene el monopolio del dolor, pone la justicia en el centro para ver si realmente está operando de la forma en la que debería en una sociedad democrática, pero, sobre todo, muestra los sentires y los dolores de todas las partes implicadas en el caso. Entiendo que es doloroso para algunas personas que estarán muy en desacuerdo, pero también te muestra otra parte de esos sucesos para que el público tenga la oportunidad de reflexionar y por qué no, de empatizar quizá con un personaje que no esperaba”.

Otros nominados

La compañía de danza Kukai, que mantiene un viejo idilio con los Max y ha sido premiada varias veces, vuelve a estar este año a un paso de los premios con su espectáculo Eta orain zer? Este nuevo espectáculo de gran formato celebra el 20 aniversario de la compañía de danza y se convierte en una experiencia interactiva en la que creadores y público comparten un mismo espacio. La soka-dantza es un ritual antiguo, universal, presente con frecuencia en la cultura tradicional de muchos países y colectivos; tan local como universal. El coreógrafo Jon Maya propone profundizar en esta simbología para incorporarla a los valores de la sociedad actual.

Eta orain zer? se podría hacer hoy con los galardones de mejor espectáculo de danza, mejor diseño de iluminación (David Bernués) y mejor composición musical para un espectáculo escénico (Pascal Gaigne).

También está nominado, en la categoría de dirección escénica, Iñaki Rikarte por su trabajo en Supernormales, un obra que habla de la sexualidad de las personas con discapacidad física o psíquica en una comedia satírica, reflexiva, arriesgada, divertida y disolvente, interpretada por un formidable elenco mixto de actores con y sin diversidad funcional.

Zuhaitzak landatzen zituen gizona, de la compañía Gorakada, opta al Max como mejor espectáculo para público infantil, juvenil o familiar, y Marta Eguileor, como mejor autoría revelación por su ópera Borderland, producida por la Sala BBK.

Finalmente, Sexberdinak, de Tanttaka Teatroa, opta al premio a la mejor labor de producción, e Ikerne Giménez al mejor diseño de espacio escénico por El cuaderno de Pitágoras.

Los Max del por-venir es el lema escogido para la ceremonia de los Premios de las Artes Escénicas que celebran sus 26 años con 20 categorías a concurso y ampliando a cinco los finalistas en las categorías de Mejor Espectáculo. La ceremonia será retransmitida por La 2 de RTVE, a través del Canal Internacional y de RTVE Play a partir de las 20.00 horas en directo.