Justo en el ecuador de su actual edición, el ciclo Cita con la Poesía se reencuentra este viernes con la escritora María Jesús Silva. Un decenio después de la publicación de su primer poemario (El desorden de noviembre), la autora regresa a la capital alavesa para compartir con el público su última referencia, un Gaviotas en la cabeza (Los libros del Mississippi) con el que adentrarse en el mundo de la locura.

Versos en el mundo de la locura

Como es habitual, el encuentro se producirá en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa a partir de las 19.00 horas, siendo el acceso gratuito hasta completar el aforo. Junto a la escritora se encontrará Ángela Serna, coordinadora del ciclo y autora también del prólogo del poemario de Silva. “Es curioso porque en las presentaciones que he realizado estoy notando que la gente se compromete mucho con la obra, la siente de una manera especial” a la hora de asomarse a la historia “de una persona que cae en la locura y tiene que ingresar en un manicomio” atravesando diferentes fases.

Con todo, aunque nota “una conexión muy fuerte” por parte de los lectores, la poeta también es consciente de que la temática puede generar rechazo entre algunas personas. “El mundo de la locura es un tema un poco complicado. Lo primero, porque no estamos acostumbrados a convivir con él de tú a tú. Lo segundo, porque la locura implica a veces actos agresivos o comportamientos que no consideramos como educados, por así decirlo”. Aún así, “a medida que voy hablando del libro, la gente va reaccionado bastante bien. La historia es entrañable”.

Panero como chispa

Es Gaviotas en la cabeza un poemario que “lleva sobre la mesa mucho tiempo”, que ha requerido un largo proceso de investigación, de obtener asesoramiento de personas expertas en la materia y de recopilar documentación. Todo ello a partir de ver la película El desencanto, un documental dirigido por Jaime Chávarri en torno al clan de los Panero.

“Cuando la vi, me apareció la idea de escribir algo en torno a los locos y al mundo en el que están, en el que se encuentran casi solos y en el que nadie más puede entrar”, un “mundo que algunas veces abordo con crítica, porque en el libro también aparecen los locos asesinos, los que debido a su locura cometen un acto criminal”. Hay entre estas páginas, por tanto, “diferentes voces” desde las que expresar.

“Últimamente se habla más de las cuestiones referidas a la salud mental porque se está perdiendo el miedo a conversar, por ejemplo, de las instituciones que cuidan de estas personas, que son lugares que existen igual que hay las cárceles y de ellas tampoco se habla tanto. Hay que perder el miedo a referirse a estas cuestiones”.

Al fin y al cabo, “da igual la profesión que tengas o de dónde vengas, en un momento dado, por las razones que sean, una persona puede quedarse en un estado de locura, sea total o transitoria. Hay gente que tiene bipolaridad, esquizofrenia, depresión… Hay enfermedades mentales que no se sabe cómo aparecen. Otras sí. A cualquiera de nosotros se nos puede descompensar el litio, por ejemplo, y quedarnos en ese otro mundo”. De todo ello se hablará este viernes, igual también de aquellos conocidos y significativos casos de problemas con la salud metal vividos dentro de la literatura.

Así lo comenta una autora que, ahora que se cumplen diez años de la salida de su primera obra, apunta que “me sigo reconociendo bastante” en aquella propuesta. “Es un libro que, a pesar de ser el primero, está escrito con la voz con la que más o menos sigo creando ahora. Escribo mucho desde el dolor, la ternura, las circunstancias que nos rodean la vida y que no son favorables. Es un libro bastante duro y me sigo reconociendo”.