El grupo de pop-rock 'indie' Izal se despide definitivamente de los escenarios a finales de octubre tras doce años de éxitos, cinco discos y centenares de conciertos, un adiós que da "con enorme nostalgia", pero con la sensación de haber vivido una etapa "inolvidable" y ganas de afrontar "nuevas aventuras".

"Toca mirar hacia adelante", asegura en una entrevista con EFE el líder y vocalista de la banda, Mikel Izal, quien reconoce que está viviendo esta última gira "con enorme nostalgia", pero "desde el privilegio del amor" que se tienen los componentes del quinteto, que completan Alberto Pérez (guitarra), Alejandro Jordá (batería), Iván Mella (teclado) y Emanuel Pérez 'Gato' (bajo).

Izal, que en estos años ha pasado de ensayar en un garaje y tocar en pequeñas salas a llenar pabellones y ser cabeza de cartel de los principales festivales de música, anunció el pasado mes de febrero a través de las redes sociales que se separaba de forma indefinida al finalizar la gira de su último disco, 'Hogar'.

Eso será a finales de octubre con un doble concierto en el WiZink Center de Madrid (28 y 29 de octubre), ambos con las entradas ya agotadas, aunque antes harán parada en las ciudades de Málaga (20 de octubre en Autocine Málaga Metrovacesa) y Salamanca (22 de octubre en Multiusos Sánchez Paraíso).

UN ADIÓS MUY MEDITADO

La decisión de poner fin a esta historia, comenta Mikel Izal, se tomó "hace muchos meses", después de cinco discos de estudio "extremadamente intensos" -'Magia & efectos especiales' (2012), 'Agujeros de gusano' (2013), 'Copacabana' (2015), 'Autoterapia' (2018) y 'Hogar' (2021)-, que les han permitido disfrutar de "prácticamente todo lo que uno puede vivir en el mundo de la música".

Sobre el por qué de esta separación amistosa, el compositor y cantante subraya: "Sencillamente somos cinco personas extremadamente inquietas y es momento de vivir nuevas aventuras. Es tan sencillo como eso. Lo vivimos con enorme nostalgia y cierto vértigo, pero quizás de eso se trata".

Mikel Izal pone énfasis en que los cinco músicos tomarán a partir de ahora diferentes caminos "sin que haya habido absolutamente ningún problema" entre ellos, lo que "es un lujo que pocas bandas que paran de tocar juntos suelen vivir".

"Uno de los mayores privilegios que vamos a vivir es despedirnos queriéndonos y respetándonos como lo hacemos", remarca el líder de la banda, que deja a su legión de seguidores éxitos como "La mujer de verde", "El pozo", "Copacabana", "Qué bien", "Pausa", "Pequeña gran revolución" o "La increíble historia del hombre que podía volar pero no sabía cómo".

SIN PLANES DE FUTURO

Aunque a menudo la separación de una banda da lugar a nuevos proyectos musicales en solitario de alguno de sus miembros, Izal prefiere no avanzar acontecimientos y focalizarse en el presente: "El futuro responderá a esa pregunta. De momento solo nos centramos en ser conscientes de este presente, de vivir y exprimir esta gira sin pensar en nada más".

Añade, no obstante, que son cinco personas "muy inquietas", por lo que "seguro que de todo esto salen nuevas aventuras": "Cada uno buscará la felicidad a su manera".

El cantante, que estudió ingeniería de telecomunicaciones, aunque el título quedó en desuso por la música, y es autor de varios libros, cree que lo mejor de estos años ha sido el público, que se lo ha "dado todo", primero haciendo posible el primer disco, que el grupo lanzó vía micromecenazgo cuando no tenía "un euro", y luego promocionándolo de forma gratuita con "su boca a boca". "Ha sido precioso crecer así. Es lo mejor que nos llevamos", afirma el músico.

LA "ESPINITA" DE LATINOAMÉRICA

Izal se va en lo más alto, con la sensación de haber cumplido su sueño, pero con una "espinita" clavada: la de no haber dado "un salto mayor aún al otro lado del charco".

"México siempre nos dio mucho cariño pero no tuvimos el tiempo ni quizá la energía suficiente para intentar que esa aventura transoceánica fuera más grande. España nos ha exigido la mayor parte de nuestro tiempo. La misma espinita nos queda en Colombia, Argentina, Chile...", explica Mikel Izal.

La banda se despide además como empezó, autogestionada, libre de ataduras con la industria musical. Como recuerda el cantante, ninguna discográfica se fijó en ellos en los comienzos y luego ya no le vieron sentido a unir sus fuerzas a ningún sello porque todo les iba bien estando solos. "En este sentido ha sido todo muy romántico y sencillo", apunta Izal.

Muy a pesar de sus fans, el 29 de octubre será el punto final del grupo, de momento sin planes de regreso. "Pero nadie puede predecir el futuro ni los derroteros emocionales por los que puedes acabar transitando", precisa Mikel Izal. ¿Habrá segunda parte? El tiempo lo dirá.