En septiembre arrancará el primer curso oficial de Bailando Boix. “Es un nombre que se han inventado los alumnos”, sonríe la bailarina, profesora e incombustible agente cultural Maien Boix. Eso sí, su nueva casa, ubicada en la calle Arana, ya está cogiendo ritmo con algunas clases iniciales y las colonias infantiles que se desarrollan este mes. “Ya con la respuesta que estoy teniendo, estoy más que contenta”, a pesar de que no es nada sencillo afrontar una apuesta de estas características, máxime en plena pandemia. Por de pronto, una fotografía de sus progenitores bailando vigila que estos primeros pasos se produzcan de la mejor manera posible.

Tras 35 años de trabajo en Traspasos, el cierre de esta escuela hace unos meses colocó a la formadora en un momento de duda. Sin embargo, como “me encanta bailar, pero creo que incluso me gusta más enseñar”, la decisión estuvo clara. Además, no fue complicado encontrar el lugar, puesto que dos días por semana, de camino a dar clases de baile en el Bizan Arana, pasaba por delante del local que ahora acoge su proyecto. “Tengo nervios, claro, pero me pueden más las ganas y la curiosidad por probar cosas que no he hecho. No me quiero acomodar”.

Boix en el nuevo espacio ubicado en la calle Arana. Jorge Muñoz

Por de pronto, a esta nueva senda le han seguido todos los alumnos adultos que tenía en su anterior etapa, sin perder de vista a algunos antiguos estudiantes y a “bastante gente nueva” con ganas de curiosear y probar. “Solo el empujón que me está dando esta respuesta, ya es importante. Son unos cuantos los que, por ejemplo, se han presentado algún día preguntando si podían ayudar a pintar o lo que fuera”.

“Tengo nervios, claro, pero me pueden más las ganas y la curiosidad por probar cosas que no he hecho”

Maien Boix - Bailarina y profesora de danza

En realidad, en el local no ha habido que hacer grandes cambios. Un espacio, por cierto, que no solo quiere servir como escuela de danza. Ya está acogiendo actuaciones de microteatro y busca ser también un lugar para exposiciones, representaciones y otro tipo de actividades culturales. Eso será así también a partir del primer curso, cuando Bailando Boix esté abierto de lunes a domingo. La idea es empezar ofreciendo formación en danza infantil, swing, cardio-swing, bailes en línea y clases de ejercicio y baile específicas para personas mayores. Además, también formarán parte del proyecto educativo Rosa Lahoz y Marina Ruiz, ambas bien conocidas en la capital alavesa. La primera, por supuesto, trabajará el flamenco y las sevillanas. La segunda dará contemporáneo y suelo pélvico. Además, “estaremos siempre abiertas a colaboraciones, intensivos, talleres específicos y demás”.

No hay edad máxima para acudir. Sí mínima: tres años. A partir de ahí, y cada uno en su nivel, solo quedará formarse y disfrutar. Sobre todo tras dos años de pandemia en los que dar clase de danza ha sido más que complicado. “El ambiente no era como antes, aunque la gente te decía que acudía a clase a gusto”. Por fortuna, parece que ahora la situación es otra. Y que dure. Será lo mejor para un proyecto que arranca en una calle “con mucho movimiento”, donde Boix dice sentirse muy bien recibida por el vecindario. “Hay quien viene y si hay clase, como me gusta abrir la puerta, se asoma y se sienta para ver. La verdad es que más a gusto no se puede estar”.