El Félix Petite espera a las tres compañías. De hecho, el escenario del centro cívico Ibaiondo se va a encontrar hoy mismo con la de Amaia Elizaran, que esta presenta junto al músico Liam Ó Maonlaí la pieza Arima. El próximo día 21 se producirá el estreno de lo nuevo de Altraste Danza, un Nancy en Vietnam en la que Zuriñe Benavente e Ignacio Monterrubio han unido movimientos y sonidos con el saber hacer teatral de Txubio Fernández de Jáuregui. El broche vendrá de la mano de Cielo Raso, que el 10 de junio compartirá Hâmaïkà, montaje con el que Igor Calonge ha querido celebrar los once años de su agrupación. Todo ocurrirá a partir de las 19.30 horas, quedando todavía algunas entradas libres para cada una de las tres citas de la quinta edición del ciclo Dantza Sarean.
"Las compañías vascas de danza contemporánea están en un gran momento creativo", apunta Elizaran, "pero a veces falta visibilizar lo que hacen". "Vemos cómo se generan muy buenos trabajos", añade Calonge para reconocer que "luego se diluyen rápido por falta de programación". A ambas cuestiones quiere responder Dantza Sarean, siendo, por un lado, altavoz para esa calidad y cantidad creativa y, por otro, una respuesta, en este caso desde la Red de Teatros de Gasteiz, a esa habitual falta de oportunidades.
Son Elizaran y Ó Maonlaí quienes abren el cartel con una pieza "potente, especial y diferente" en la que el hilo conductor es la respiración, según explica la bailarina y coreógrafa. Arima esta basada en la improvisación, más allá de que sí exista una estructura definida. La danza y la música en directo generan una emoción, un sentimiento que es la esencia de la comunicación, como define el músico. Se trata, además, de reivindicar la belleza de la sencillez.
El 21 llegará una cita muy especial por varios motivos. Primero porque se trata de un estreno y, además, en casa. Altraste Danza presenta Nancy en Vietnam, un espectáculo que rompe el camino de la compañía alavesa al incluir la presencia del actor Txubio Fernández de Jáuregui, y del humor que siempre le caracteriza. "Es algo muy diferente", apunta Benavente, para quien esta cita también va a estar cargada de emociones puesto que va a ser su última actuación antes de dar a luz a su segundo bebé. La vida y cómo transita el ser humano sin muchas veces darse cuenta de las cosas, de cómo empiezan, de cuándo acaban, es lo que está en la base de la producción.
Calonge será el último en acudir al Félix Petite. Hâmaïkà es, ante todo, una invitación al espectador para "que haga un viaje" a través de cuatro bailarines que hacen de la emoción el principio y el final de ese recorrido. "Es un espectáculo post-confinamiento, post-encierro" en el que el coreógrafo quiere "enseñar el truco" de la escena para "poner en valor a todas y cada una de las personas que trabajan en un teatro".
De todas formas, el ciclo no se queda en la representación. Bajo la coordinación de Proyecto Larrua se está desarrollando Zubia, una apuesta por acercar al público, rompiendo barreras, prejuicios y rechazos sin base hacia la danza contemporánea. Así, en cada una de las representaciones se propiciará el encuentro con los creadores y se establecerá un punto de encuentro, un puesto, por así decirlo, de información. Además, también hay una parte formativa en esta propuesta. Ayer se llevó a cabo un primer taller de la mano de Ó Maonlaí en la Escuela de Música Luis Aramburu. Por su parte, el 5 de junio, Calonge ofrecerá un curso en la Escuela Lakua Danza para el que la inscripción está abierta.