El 26 de abril de 1937, en plena Guerra Civil Española, Gernika fue bombardeada por los aviones de la Legión Cóndor alemana. Tras cuatro horas de ataque aéreo, la población quedó completamente destruida. El horror que Picasso sintió al ver las imágenes lo vomitó en un lienzo, que se ha convertido en el mayor grito de la historia contra la barbarie y la guerra.
El mundo del arte no ha sido ajeno a este alegato contra la violencia. La infamia cometida contra la localidad vasca ha sido también un referente para muchos creadores. El comisario y crítico de arte Xabier Sáenz de Gorbea, fallecido en 2015, ofreció buena parte de su energía a Gernika; su amor por el arte y el país los aunó en sus dieciséis años de relación con el Museo Euskal Herria, una relación que comenzó en 1999 con la exposición Estatuaria Funeraria Pública y Escultores Vascos 1870-1936, hasta culminar en su gran legado: sus Gernikas, ocho exposiciones de la mano de la Diputación, comisariadas e investigadas por él, para las que seleccionó obra que luego ha sido escultura pública, desveló ignoradas atribuciones de autoría, e incluso, impulsó nuevas reflexiones artísticas e históricas sobre el terrible ataque en 1937 a la localidad vasca.
conferencia-homenaje
Con motivo del 85 aniversario, el día 20 en el Centro Elai-Alai, Felicitas Lorenzo, que fue directora del museo de la villa foral durante más de 25 años, ofreció un recorrido por las exposiciones que Xabier Sáenz de Gorbea comisarió e investigó para el Museo Euskal Herria. “Cuando me llamaron de Gernika Batzordea, que está en la plataforma Gernika memoriaren Lekuko, para que hablara sobre la programación que tuvo el Museo sobre los otros Gernika, enseguida pensé que tenía que ser un homenaje a Xabier, que nos ha dejado un legado impresionante, acercándonos a artistas vascos e internacionales de diferentes disciplinas que han plasmado sus experiencias en torno a estos sucesos. A Xabier le conocí en la universidad, y fue él quien me propuso desde el principio hacer exposiciones sobre los otros Gernikas. Hicimos ocho y en 2016, celebramos una como homenaje a su figura, con una recopilación de las obras expuestas”, asegura Felicitas Lorenzo.
creadores vascos
“La memoria y la llama del recuerdo del bombardeo de Gernika está presente, aunque sus bordes se van borrando según va pasando el tiempo. Tenemos la necesidad de seguir manteniendo el fuego”, aseguraba Sáenz de Gorbea en unas declaraciones recogidas en un vídeo.
El programa comenzó en 2008 con una muestra del trabajo del escultor Remigio Mendiburu y siguió un año más tarde con los Gernika del creador bermeotarra Nestor Basterretxea. La muestra constaba de ocho acrílicos y dos esculturas que formaban parte del trabajo realizado por el artista con motivo del 50 aniversario del ataque aéreo.
En 2010 el Museo Euskal Herria reunió 25 piezas realizadas por Jorge Oteiza entre 1942 y 1987 inspiradas en el bombardeo de la villa y en el cuadro de Picasso. Se trataban de medallas conmemorativas, relieves y dibujos hechos por el artista de Orio en bronce, escayola o papel en torno a la villa foral, como referente simbólico de la cultura vasca.
2011 fue el año de Ramón Carrera y Carmelo Ortiz de Elgea ofreció su particular visión del bombardeo un año más tarde. Un total de once cuadros “en los que se muestra el desastre, la ruina y, sobre todo, la tragedia de un pueblo”, según manifestaba su autor.
Los artistas vascos Ibon Aranberri, Mikel Arce y Kepa Garraza se valieron de la iconografía del artista malagueño para ofrecer otras visiones con las que generar nuevos interrogantes, que fueron presentadas en una exposición en 2013.
En plena guerra civil, el Gobierno Vasco organizó la embajada cultural de Eresoinka (1937- 1939), cuyo grupo aludió a los sucesos en diversos cuadros escénicos. En este contexto trabajaron notables creadores vascos. Entre ellos, autores como Antonio de Guezala o Juan de Aranoa que pintaron escenografías y dibujaron figurines de vestuario para las actuaciones, quienes protagonizaron la exposición que se presentó en Gernika en 2014. La muestra se completó con un audiovisual con música de Francisco Escudero, concretamente de la ópera Gernika. La obra, que lanza un mensaje de paz y de concordia y que es un canto al pueblo vasco, sólo se ha interpretado una vez, en 1987, coincidiendo con los actos del cincuenta aniversario del bombardeo.
Fue su último trabajo como comisario. Xabier Sáenz de Gorbea fallecía en mayo de 2015, mientras el Museo Euskal Herria exponía su último Gernika: una muestra que reunía material documental de la campaña de solidaridad con Euskadi en Barcelona en 1937. En 2016, el museo de la villa foral, in memoriam, le dedicó una emotiva exposición.
artistas foráneos
El cuadro de Picasso no solo fascinó a artistas vascos, creadores internacionales lo han pintado y aludido de múltiples maneras. Tal y como explicó Sáenz de Gorbea, a partir de 1969, el Equipo Crónica comenzó a hacer diferentes versiones.
La polaca Goshka Macuga presentó también en 2009 la réplica en tapiz del Guernica que Colin Powell mandó cubrir en la ONU al anunciar los inicios de la guerra contra Irak en 2003. El norteamericano Richard Serra realizó un trabajo de 38 toneladas en 1986 y lo denominó Equal-Parallel / Guernica-Bengasi, relacionando las dos ciudades con sólidos y pesados volúmenes que desaparecieron del Reina Sofía en 1990 y han vuelto a rehacerse en 2008.
También se han hecho muy famosos los Guernicas de Belfast, Berlín o Gaza y de otros pueblos en lucha. Porque desgraciadamente, Gernikas sigue habiendo todavía muchos en el mundo.