El rostro y sus formas de representarlo son una huella inconfundible en la trayectoria artística de Gustavo Adolfo Almarcha. Misma temática pero infinitas representaciones. Al fin y al cabo, cada día la pintura es el principio y final en la casa que es taller, o en el taller que es casa. Dos caras de la misma moneda. Eso sí, es el momento de que las obras vuelvan a salir al encuentro del público, algo que desde hoy mismo va a suceder en Zas Kultur, que con esta exposición va a poner punto y final a su estancia en la calle Correría antes de trasladarse a su nueva sede.
A las 19.30 horas se va a producir la inauguración de Buruak Por cierto, aunque solo sea un detalle pero no deja de ser significativo del momento actual, va a ser la primera muestra del territorio que abra sus puertas ya sin las restricciones de aforo. "No pienso hacer ni una sola visita guiada" dice tajante el creador, aún sabedor de que la charla con quienes acudan esta tarde le llevará a conversar sobre sus cuadros y su obra.
La es la trayectoria de un autor que ni quiere ni puede detener el camino. Buruak, que es como se ha bautizado la exposBuruakargición, es un claro ejemplo. Una veintena de óleos conforman la columna vertebral de la muestra, a lo que se suman unos 40 dibujos de menor tamaño, que se agrupan en una de las paredes de Zas a modo de gran mosaico de los rostros imposibles. Lo cierto es que la firma de Almarcha es inconfundible e irrepetible. Esta propuesta es un nuevo y claro ejemplo de ello, como las últimas muestras realizadas en la capital alavesa, en Zuloa y Montehermoso, por ejemplo.
Caras deformadas, tensionadas, violentadas o en aparente normalidad se van sucediendo en esta selección que el equipo de Zas ha realizado en base a los fondos que el autor tiene en la actualidad. "No hago varios cuadros al mismo tiempo, siempre uno a uno, pero todos saben que mientras estén cerca mío ninguno está terminado". Eso sí, en este caso también se han incluido algunos bodegones, obras que se salen de la temática esencial pero que responden también a esas otras formas de hacer del pintor.
Un artista, por cierto, protagonista también en el cine. Parece que han pasado dos o tres siglos, pero lo cierto es que no hace tanto del rodaje de Buruak Fue justo a finales de febrero de 2020, antes de que todo cambiara.
El realizador vitoriano Aitor López de Aberásturi firma esta producción audiovisual en torno a las cabezas de Almarcha, un cortometraje de carácter documental que está teniendo un más que reconocido recorrido por festivales de medio mundo. "Pero te mandan el diploma y nada más. Arte y dinero son divergentes", sonríe el artista. Para quien no haya visto todavía esta cinta, Zas ha organizado una proyección especial para el próximo jueves 14 también a partir de las 19.30 horas.
De esta forma se completará el acercamiento del espacio cultural al mundo único y personal de Almarcha, el de un hombre siempre fiel a su forma de hacer y a su manera de ser. "No hablo de lo que hago, ya lo hacen los cuadros". Pues eso, pasen y vean.
El próximo jueves se proyectará el cortometraje 'Buruak (cabezas)', del realizador vitoriano Aitor López de Aberásturi
Aunque la muestra está recorrida por la obsesión por el rostro del autor, también hay espacio para otro tipo de escenas