En la Vitoria-Gasteiz de 1984, "la más rockera y metalera de las tres capitales vascas" como reconoce el documental, apareció con fuerza y determinación Pléyade, banda pionera para el rock duro y el heavy metal cuya huella sigue presente. De hecho, es parte de la película Ellas son eléctricas, una creación de Leo Cebrián Sanz y Paco Manjón que quiere poner en valor a aquellas mujeres que entre finales de los años 70 y principios de los 90 rompieron las barreras, los clichés y los cuellos.
"La verdad es que empezamos bastante jovencitas todas", recuerda en este trabajo audiovisual Marta Aldama, que comparte en pantalla recuerdos, anécdotas, canciones y reflexiones con Mentxu Herreros, Rosa Soleto, Eva Muñoz, Ana Elguea y Susana Díaz de Durana. "Fue un poco sin querer, sin saber y ya estábamos ahí", apunta Herreros en una charla mantenida en Argomaniz.
Fotos, vídeos, portadas, recortes de prensa y las propias palabras de las participantes en el filme dan forma y fondo a este recuerdo de un pasado sin el que sería posible entender el actual presente. Las alavesas comparten relato junto a otras imprescindibles de la escena estatal como Ana María González (Tarántula), Mari Luz González Tudanca Marilu (Neurosis, Mary Luz & Carlos Creator) y Lupe Villar (Sangtraït), entre otras muchas.
Como explican Cebrián Sanz y Manjón, la estructura del montaje se abre con un testimonio que contextualiza los años dorados del género, para dar paso a una galería fotográfica de Miguel Trillo, en la que se muestran imágenes de mujeres vinculadas al movimiento heavy desde su condición de público. El total de participantes es de quince -tanto de forma individual como en el contexto de bandas exclusivamente de mujeres-, cuya presentación se intercala con algunos temas de análisis o debate.
De esta forma, se intenta lanzar diferentes miradas a la vocación de cada una por la música y el rock; a su condición de cantantes, instrumentistas y letristas; a sus experiencias en un estilo de presencia masculina mayoritaria; y a la relación entre mujeres en los propios grupos, entre otras razones.
"Otros aspectos interesantes sobre los que se requiere su opinión y relato son el machismo padecido durante los años más hostiles en este terreno, los episodios puntuales de chantaje sexual sufridos por dos de ellas, las presiones de la industria para cambiar el estilo personal o visual de las artistas o grupos, o la importancia de la imagen y la estética como referente identitario de una personalidad propia" como describen los responsables del documental, que también abordan cuestiones como la dificultad de conciliar un desarrollo artístico con la condición de madre.
A modo de compendio de todas aquellas mujeres que no aparecen de forma directa en el documental, Ellas son eléctricas incluye una galería fotográfica con los nombres propios que "ayudaron a normalizar la participación de la mujer como activo en el rock duro y el heavy metal nacionales". Todo ello relatado en una película que llega a casi las dos horas y media de duración.
La película es el resultado de dos años y medio de trabajo previo. Desde ya se puede ver en Vimeo y en In-Edit TV. Esxiste una tercera vía gratuita destinada a cualquier tipo de entidad, asociación o colectivo que se interese por la película para su exposición divulgativa. En este caso hay que escribir a la dirección ellassonelectricas@gmail.com.
"La intención no es otra que la de recuperar la inversión para poder realizar nuevos proyectos, siempre relacionados con la reivindicación de la cultura rock hecha en nuestro país. Con financiación o sin ella, algunas de esas ideas ya están en marcha, por lo que continuamos trabajando en próximos documentales sin por ello estar condicionados por beneficio económico alguno".