- Hoy son muy pocos los niños y niñas que viven en donde él nació, en el lugar donde recuerda que había dos escuelas, una para chicos y otra para chicas. “¡Imagina, un pueblo como Mendoza con 40 chavales!”, sonríe el profesor y escritor alavés Estanis Iturricha Iturriaga. Ya desde ese momento, al también investigador le empezaron a llamar la atención los vestigios de un pasado en el que ahora se ha sumergido a fondo para dar forma y fondo a su nuevo libro, Mendoza, historia y leyenda. “Es un resumen, porque el que quiera investigar a fondo puede perderse todo lo que quiera”, explica mientras ojea la amplia bibliografía que reseña en la publicación y que él ha usado para construir esta nueva propuesta a los lectores.

Eso sí, no piensa solo en quienes hoy habitan esta parte del territorio. Cree que cualquier persona que sea de o viva en Álava puede encontrar interesante su nueva obra. Al fin y al cabo, “estamos hablando de nuestra historia” como provincia, aunque a veces cueste ponerla en valor y saber tanto cuidarla como aprender de ella. Un ejemplo claro de que no siempre se tiene la consideración necesaria con lo que fue, es el cuidado del patrimonio y ahí Iturricha señala el caso de la Torre de Martioda, que hasta hace no mucho iba camino del derrumbe si no llega a ser por la intervención de la Diputación Foral de Álava.

Entre esas calles y lugares que lleva viendo desde que era crío nació la curiosidad que impulsa este libro. Qué significaba un escudo, qué hacía en Mendibil una torre desmochada y otras cuestiones se fueron agolpando y encontrando respuestas, que es lo que se reúne en una publicación que toma como punto de partida temporal la Baja Edad Media, “que es cuando se fraguan las poderosas familias de los Mendoza y los Hurtado de Mendoza”. A partir de ahí, el autor va tirando del hilo de la historia para adentrarse en diferentes áreas de conocimiento sobre el territorio alavés.

Así, se tratan cuestiones históricas, y también se hace mención a diferentes personajes de esta parte de Álava, algunos de los cuales llegaron a tener gran relevancia, como fue el caso de Pedro González de Mendoza en el siglo XIV o Valentín Zabala y Argote, pedagogo del siglo XIX muy conocido por su obra Sistema Universal de Enseñanza. “Daba clases a 300 chicos a la vez. Vamos, como ahora”, sonríe Iturricha. Además, se hace un repaso sobre la toponimia, sobre la presencia del euskera, sobre el uso y el origen de apodos y sobre otras cuestiones, todo ello unido a la reproducción de fotografías, ilustraciones y pinturas, piezas en algunos casos realizadas por nombres como los de Alberto Schommer y Gerardo López de Guereñu, entre otros.

Así lo descubrirán quienes se asomen a un libro que podría dar para mucho más, como explica su creador, pero que “no tendrá continuación” por su parte. “Hasta este momento siempre he trabajado y escrito sobre el pasado, pero a partir de ahora me voy a centrar en lo que vendrá, también para hablar de la vejez, del dolor, de la muerte, del más allá o el más acá, y hacerlo desde distintos planos”, describe. “También desde el humorístico, que nos hace falta también”.