José Luis Martínez de Antoñana Lezama es un creador en su sentido más amplio que acaba de sacar a la luz un libro, escrito a mano hace unos años, que estuvo a punto de ser llevado al cine y no lo logró por el fallecimiento de un conocido productor que lo perseguía para ello. Viaje de negocios con imprevistos "es una especie de representación del día a día: tú sales de casa, haces tu trabajo y, de repente, te encuentras con algo imprevisto. De ahí el título del libro", cuenta el polifacético autor alavés.

Se trata de un industrial de Barcelona al que le dicen que las ventas de su empresa han bajado en Vitoria y se pone de viaje a la capital alavesa para ver qué ocurre. Recorre el norte del país donde tiene representantes y la última parada es en Gasteiz. Camino de la ciudad deja las vías principales y circula por carreteras secundarias hasta que, al subir un puerto, un piloto del coche se pone rojo avisando de una avería. Sin saber qué hacer, se encuentra con un joven que está haciendo dedo. No es un chico cualquiera, es un porreta, que se dedica al menudeo de droga, y que está esperando que algún coche le lleve a Vitoria, según narra Martínez de Antoñana.

Añade el autor, a modo de avance, que desde ese instante todo se les va a complicar a los dos -y de qué manera- al surgirles situaciones que nunca hubieran imaginado llegando a límites insospechados, desde lo que parece un asesinato a la búsqueda de una mochila con droga del joven, desaparecida junto con el coche del catalán, que tienen que resolver sobre la marcha. Algo que se hace imposible, cuando la ética de los dos es tan opuesta, pero que los termina por hacer inseparables, hasta el punto de que el joven termina siendo su representante y persona de confianza en Álava.

Viaje de negocios con imprevistos es la cuarta novela de José Luis Martínez de Antoñana, una de ellas en Amazon, Cazadores ¡¡¡espantados!!!, al igual que lo está esta última. La de Cazadores se inspiró en Santa Cruz de Campezo porque "cuando era un chaval yo veía a un señor, el Forondilla, que llevaba la escopeta al hombro y en un palo llevaba dos cimbeles para atraer la caza. Cuando estábamos en el colegio, jugando, le veíamos bajar lleno de palomas y con aquello monté una historia, aunque la sitúo en Navarra, porque está muy cerca ese territorio y allí hay más paso de palomas".

Del conjunto de su obra tiene una de ellas aún sin publicar y con la idea de sacarla a la luz en mayo o junio. Cuenta, como primicia, que se titula Así empezó todo, y ya está escrita hace tiempo. Baraja los meses de mayo o junio para darla a conocer ya que lo está gestionando en forma de autoedición y contactando directamente con las librerías para su comercialización.

Y si algo tienen en común todas ellas es que todas las personas que las han ido leyendo se han divertido mucho, según reconoce el propio escritor. De hecho, no descarta que alguna de ellas pueda terminar siendo una película, porque ya estuvo cerca esa posibilidad hace unos años, concretamente con la idea del libro que acaba de presentar.

Y es que este montañés afincado en Durango, tiene también una gran habilidad para rozar con la literatura al cine. De hecho, el tema de Viaje de negocios con imprevistos lo conoció José María Ochoa, un asistente de director o director de segunda unidad en muchas de las películas estadounidenses rodadas en la península, como 55 días en Pekín, El Cid, Rey de reyes o Salomón y la reina de Saba, y de productos nacionales, como Alma aragonesa, Juicio final o El anónimo. Ochoa residió unos años en Elorrio y le pidió a Martínez de Antoñana que escribiera a máquina lo que tenía ya escrito a mano y que lo adaptara para el cine. El azar quiso que Ochoa falleciera sin ver terminado el texto.

En cualquier caso, aquello sirvió para que el escritor se animara con alguna aventura de cortos, dos concretamente. Uno de ellos, Los excursionistas, lo rodó con el cámara Fermín del Pino en enero, en los exteriores del restaurante Larrinagatxu, en Durango, y lo proyectó en la sala San Agustín de esa localidad.

La vocación artística de Martínez de Antoñana también le llevó a ser presidente, desde hace veintitantos años, de la Asociación Artística de Durangaldea. Como pintor desarrolla un modelo impresionista, con el color como elemento fundamental de sus cuadros. Ha hecho exposiciones individuales en Hondarribia, Vitoria, Bilbao, Gernika, San Sebastián, Amorebieta, Durango, Deba, Galdakao, Eibar y Haro, así como en la Feria Internacional de Málaga.

Literatura, pintura y cine centran el amplio abanico artístico que el creador suele abrir de manera habitual en su camino

"Es una especie de representación del día a día: sales de casa, haces tu trabajo y, de repente, te encuentras con algo imprevisto", resume a modo de sinpsis el autor