ocos artistas han despertado una fascinación parecida a la de Selena Quintanilla: la joven estadounidense, hija de una familia humilde de migrantes mexicanos, que se convirtió en un icono para el mundo latino que aún perdura 25 años después de su trágico asesinato. Netflix recupera ahora la leyenda de la reina del tex-mex, que ya fue inmortalizada por Jennifer Lopez en la película Selena (1997), con una serie original que narra el ascenso al estrellato de la cantante desde los ensayos en el garaje cuando era una niña hasta la adoración que despertó en conciertos multitudinarios con apenas 20 años.
Porque Selena siempre fue algo más que la cantante de Como La Flor , a comienzos de los 90 fue el primer icono de la biculturalidad de Norteamérica, de los chicanos, de aquellos jóvenes nacidos y educados en Estados Unidos que se sentían parte de la comunidad latina, de las familias que hablaban español en casa e inglés en la escuela.
Sus canciones más famosas -Amor Prohibido, Bidi Bidi Bom Bom- eran en español, pero siempre se sintió más cómoda dando entrevistas en inglés. Así se definió, una estadounidense con raíces mexicanas. Millones de personas, hasta entonces ignoradas por los medios, se vieron reflejadas en su historia.
El poder de Selena fue entendido por multinacionales como Coca-Cola, que la convirtió en la primera artista latina embajadora de su marca. Llegó a tener su propia cadena de tiendas, pero la carrera en ascenso se truncó cuando fue asesinada a tiros en 1995 por la presidenta de su club de fans. Tenía 23 años. Aún décadas después, sigue siendo citada por artistas que han hecho de la dualidad cultural su bandera, desde Jennifer López hasta Selena Gómez.
Netflix revive la vida de la legendaria artista con una ficción pensada tanto para los seguidores de la estrella como para quienes se acerquen a ella por primera vez. Hasta ahora, los Quintanilla han guardado celosamente los derechos del nombre y la imagen de Selena y solo habían participado en la película Selena (1997), del cineasta Gregory Nava.
La actriz Christian Serratos - célebre por su papel de Rosita Espinosa en The Walking Dead- da vida a Selena de la misma manera que Jennifer López (JLo) lo hizo en la famosa cinta, aunque ahora con nueve capítulos que se adentran aún en más en el esfuerzo de la familia Quintanilla para que brillara el talento de su hija.
"Veremos qué pasa en la segunda temporada, pero los primeros episodios son la historia del trabajo duro de una familia y de su perseverancia. Muchos se identificarán con ella, especialmente en Estados Unidos", ha declarado Serratos.
A lo largo de los nueve capítulos de la primera temporada, Selena es tan protagonista como sus hermanos: A.B. Quintanilla, interpretado por Gabriel Chavarría, y Suzette Quintanilla, encarnada por Noemí González.
Los tres alcanzaron las mieles del éxito con Selena y Los Dinos hasta que un productor dijo que el público quería a Selena y no a Los Dinos, pero siguieron acompañándola en su despegue en solitario. "Como Suzette Quintanilla es productora de la serie, pudimos cuidar mucho la parte familiar -asegura Noemí-. Es una familia de cultura hispana que protege un sueño".
"Selena era una estrella innata, detrás de eso estaba su hermano, quien lanzó a su hermana hacia la música", opina Chavarría.
También fue esencial el impulso de su padre, Abraham, un apasionado de la música que vio en el talento de sus hijos "un pasatiempo, una manera de mantenerles lejos de malas influencias y la posibilidad de llegar a algo más", señala el actor Ricardo Chavira, en el papel del padre de la familia.
Además de contar con el visto bueno de la familia de Selena, la serie de Netflix también ha sumado una representación del reparto de la película del año 1997. La actriz Seidy López interpreta a la madre de la artista, Marcella Quintanilla, mientras que en la película anterior su papel era el de Deborah, la amiga que acompañó a Selena en los premios Grammy de 1994. "Yo era una adolescente cuando Selena era una estrella, este papel ha sido como revivir mi juventud desde la perspectiva de mi madre", asegura López.
En el filme anterior, la actriz compartió con Jennifer López una de las escenas más míticas: Selena y su amiga acuden a una lujosa tienda a comprar un vestido y una de las dependientas se niega a atenderlas porque no cree que puedan pagarlo. Mientras se prueban una prendas, cientos de trabajadores, en su mayoría latinos, se agolpan en las puertas para pedir un autógrafo. La dependienta, una mujer blanca, no entendía nada. La serie de Netflix se lo explicará.