Araia - Llegan días muy intensos para Araia tanto por la celebración del Festival de Teatro de Humor como por otras citas ineludibles para la localidad alavesa. En un 2018 en el que el certamen, que empieza el sábado, cumple un cuarto de siglo de andadura, Txelo Auzmendi, alcaldesa de Asparrena, mira al pasado, presente y futuro de la propuesta cultural.
¿Qué supone para el municipio que el Festival de Teatro de Humor de Araia llegue a su vigésimo quinto aniversario?
-Es un orgullo llegar a cumplir veinticinco años y sobre todo con la repercusión que está teniendo. Lo que empezó siendo casi una “gamberrada” o algo muy espontáneo se ha consolidado en el tiempo con mucha calidad. Estamos encantados de los acuerdos que se han ido logrando con el tiempo, la evolución que ha tenido y que ha salpicado a todo el herrialde.
¿De qué manera ha evolucionado la participación municipal a lo largo de los años?
-El Ayuntamiento, con el paso de los años, ha ido asumiendo cada vez más. En la medida en la que ha ido creciendo, ha ido asumiendo unos compromisos económicos. A veces vemos que incluso nos superan porque somos un consistorio pequeño. Hemos pasado momentos de apuro económico. Al principio teníamos patrocinios, pero con la llegada de la crisis éstos se redujeron y para no bajar en calidad, esa parte la ha tenido que asumir el Ayuntamiento. De todas formas, el balance es muy positivo en general. Estamos hablando de un festival con un presupuesto cercano a los 100.000 euros que comienza a organizarse con meses de antelación con la selección de las obras y compañías y la contratación de seis personas durante veinte días para el montaje.
¿Esos recortes que comenta han mermado la calidad de los espectáculos?
-El nivel se ha mantenido en el tiempo. Este año al ser el 25 aniversario se va a dar la campanada porque la ocasión lo merece. Tenemos un plantel especial. El festival siempre se ha caracterizado por la variedad de humor, aunque éste no siempre sea de carcajada. Se ha mantenido la variedad y la pluralidad en los gustos.
¿Cómo se vive la llegada del festival en el pueblo?
-Los días previos ya se respira un ambiente especial. Ya se está llevando a cabo la venta de entradas y el grupo de montaje está trabajando. Hay gente que planea las vacaciones en función de esos días. Para Araia es otras fiestas más y eso se nota. Para la hostelería es una cita importante porque la gente del pueblo sale más y viene gente de fuera. El festival también supone un revulsivo turístico para la zona. Aprovechando el teatro la gente se acerca a las piscinas, participa en las fiestas de Andra Mari, va a la Leze, compra queso o visita Agurain.
Por unos días la capital de Asparrena se convierte en referente cultural de la provincia.
-Así es. Me parece muy interesante sobre todo por la gente de Gasteiz que está acostumbrada a no salir, a que vayamos. Lo que para una persona del resto del herrialde es normal, coger el coche para ir al médico, a comprar, o ir al cine..., para la gente de Gasteiz no es habitual. Se tienen que acostumbrar a que Álava es mucho más que Gasteiz y que hay vida más allá de la capital y que puede ser un motivo para salir de esa macrocefalia. Es enriquecedor.
El festival cuenta con diferentes emplazamientos, horarios y ofertas. ¿Cómo responde Araia?
-Se respira en la calle. Los espectáculos de día dan ambiente y acercan a la gente al teatro.
¿Hay algo que echa de menos?
-Tal vez que todo esto no genere un mayor interés en este tipo de artes escénicas por parte, sobre todo, de la gente joven. A mí me gustaría que sembrase un germen en gente joven. Ahora tenemos una vecina de Araia que ha estudiado arte dramático en Madrid. Nos gustaría que esto fuera simiente de crear inquietud en otro tipo de formaciones relacionadas con las artes escénicas de los propios vecinos.
El teatro en euskera también ha cogido fuerza dentro del programa del festival.
-Apostamos por ello, por supuesto. Además, llevamos dos años apostando por las compañías emergentes, aunque creo que tenemos que darle una vuelta porque no ha llegado a coger la fuerza que queremos.
¿Condiciona el inicio del festival la vida diaria de los vecinos de Araia?
-Hay gente que pospone o adelanta sus propias vacaciones para poder estar esos días aquí.
Aunque es indudable que el festival acapara gran parte del presupuesto de actividades culturales en el municipio, Asparrena cuenta a lo largo del año con una importante agenda cultural.
-Podemos destacar el Fin de Año Musical de la localidad, la actividad del cine que se lleva a cabo con voluntarios entre octubre y mayo, los carnavales rurales de Egino, Ilarduia y Andoin, las jornadas de patrimonio y medio ambiente entorno a una taza de chocolate? Este año hemos querido hacer un curso de iniciación al teatro, pero hemos tenido que suspender la idea por falta de participantes. Iba enfocado a mayores de 16 años. Intentaremos que el próximo año se pueda celebrar. Araia ha tenido a lo largo de la historia diferentes grupos de teatro.
Un deseo para la nueva edición del festival...
-Animar a que participe la gente y a que disfrute del ambiente, que además también coincide con las fiestas del barrio de Andra Mari.