gijón - El “faro” de la literatura iberoamericana que durante décadas iluminó la cultura en español “se ha apagado”, según reconocieron ayer escritores latinoamericanos que participan en la 31ª edición de la Semana Negra de Gijón.
El llamado “boom latinoamericano” que entre los 60 y 90 del pasado siglo fue un referente de la cultura “ya no existe” y Buenos Aires, México y La Habana han perdido el papel protagonista en la creación, distribución y comercialización de libros. Así lo consideraron el mexicano Fritz Glockner, el argentino Enzo Maqueira, el cubano William Navarrete y el peruano Jorge Eduardo Benavides. La pérdida de prestigio del compromiso político en las artes frente al auge de una nueva ideología que predicaba el fin de las ideologías en los años 90 y las fronteras en el “monopolio” editorial le han dado la estocada final a un movimiento cultural reconocido en todo el mundo. Actualmente la literatura iberoamericana se caracteriza por una diversidad de géneros y estilos narrativos que nada tienen que ver con su pasado glorioso, dijo el peruano Eduardo Benavides, que en su última novela, El asesinato de Laura Olivo, ha querido hacerle un homenaje a ese fenómeno cultural.
una nueva literatura El bonaerense Enzo Maqueria, que presenta Hágase usted mismo, aseguró que “el boom dejó de existir” pero de sus cenizas puede renacer “una nueva literatura” de la mano del retorno de las ideologías y de la revolución feminista. Fritz Glockner admitió que en México la realidad es tan cruel que ha desplazado a la novela negra porque la gente ya no quiere leer los hechos truculentos que encuentra todos los días en la prensa. Además, la concentración de las editoriales ha provocado un fenómeno “maligno” que hace que autores locales no sean editados en Europa y los europeos no se editen en América. Estas “fronteras” no existían en los años 60 y 70, cuando se produjo el “boom” del que el argentino Julio Cortázar y el colombiano Gabriel García Márquez fueron sus exponentes más reconocidos.
William Navarrete indicó que este fenómeno, que se originó en La Habana con la revolución castrista, existió “de puertas para afuera” de la isla, porque no participó ningún escritor cubano. - Efe