Madrid - No es una biografía ni unas memorias al uso. Ángela Molina recopila recuerdos de infancia, adolescencia y madurez a través de una amiga, la traductora e intérprete Elena Martínez, en un libro Detrás de la mirada, que presentaron ayer en Madrid.

“Uno nunca debe olvidar quién fue de niño”, aseguró Molina, Premio Nacional de Cinematografía 2016 por una trayectoria en la que destacan sus películas con Buñuel, Jaime Chávarri, José Luis Borau o Pedro Almodóvar. “El disfrute siempre parte de la sensación del niño que observa la vida, que es puro y desarrolla su personalidad sin juicios, disfrutando y sufriendo, pero sin esa distancia que luego te da la edad”, dijo. Molina y Martínez, ambas nacidas en 1955, se hicieron amigas cuando tenían 3 o 4 años y compartían edificio en el barrio madrileño de Argüelles. Aunque el peso de la narración recae sobre Martínez, esta va dando paso de vez en cuando la voz directa de Ángela Molina e incorpora también testimonios de terceros y una recopilación de fotografías, suyas, de su familia y de sus hitos profesionales.

Su primera película de verdad llegó en 1972, había terminado su carrera de danza y daba clases particulares de baile en casa. El filme era ‘No matarás’, de César Fernández Ardavín, la historia de una chica de provincias que muere tras un aborto clandestino.“La primera escena de mi vida la sentí como sobrenatural”, describe. Era una simple escena en la que bebía agua de una fuente, pero para ella fue reveladora. “Como si hubiera sido un pez y me hubieran soltado en el agua. Esto es lo que quiero hacer toda mi vida, mostrar la vida”, pensó.

El libro también recoge testimonio de sus relaciones con el fotógrafo y realizador francés Hervé Tirmache, con quien tuvo tres hijos, Olivia, Mateo y Samuel; y con Leo Blaksstad, su actual pareja y padre de otros dos hijos, Antonio y María Isabel. - Efe