Vitoria - Después de tres años sin parar con El intérprete, incluido su paso por Gasteiz en 2014, Asier Etxeandia decidió que había llegado el momento de cerrar esta exitosa y arrolladora etapa. En la cabeza, además, “las ideas se agolpan; necesito crear algo nuevo”. Pero apareció la posibilidad de hacer una última y selecta gira por teatros “a los que siento como cercanos” y llevarla a cabo con una banda al completo, rodeado por ocho músicos “de primera fila”. Así que antes de dar el carpetazo final -aunque “nunca se puede decir que nunca más” y puede que el espectáculo viaje a Latinoamérica- el actor vasco está afrontando El intérprete XXL como “un regalo final”, una gran fiesta que ahora llega a la capital alavesa.
Lo hace, en concreto, hoy, mañana y el domingo a las 20.30 horas en un Principal que todavía tiene entradas disponibles para los tres pases, aunque tampoco para dormirse en los laureles. “El espectáculo es, en esencia, el mismo, lo que ha cambiado soy yo”, afirma el actor. “Quería atacar El intérprete desde un lugar más maduro” y hacerlo con una gran banda con la que sentirse “como en un disco en directo” bajo la producción de Factoría Madre Constriktor, aventura empresarial que Etxeandia comparte con Tao Gutiérrez, José Luis Huertas y Ana S. de la Morena.
Así que a lo largo de estas tres jornadas, el público y el actor volverán a compartir este viaje emocional y musical partiendo de aquel cuarto en el que el niño soñaba con ser artista. Pero Etxeandia ríe: “si el espectáculo ahora es XXL, la reacción del público también; este montaje es como un trueno” pensado para compartir, cantar, bailar, sudar... “Un día tengo que grabar cómo termina la camisa de Asier”, dice medio en broma Huertas. “La verdad es que vengo con algún kilo de más de Mérida y espero perderlo en Vitoria sobre el escenario del Principal”, añade el bilbaíno.
Cuando El intérprete XXL baje el telón de forma definitiva, quedarán atrás cuatro años intensos en los que, además, Etxeandia no ha parado de trabajar en otras propuestas y medios. Casi un lustro en el que al actor y sus músicos les ha pasado casi de todo. Por eso y “porque en este año algo ha cambiado en mí, en mi vida”, este último tramo de la aventura está transcurriendo de manera diferente. “Igual ahora empujo menos pero sí disfruto más”, apunta. “¡Hasta me han puesto una vocal coach!”, ríe.
Lo próximo espera. Otro reto. Un nuevo desafío interpretativo. Y aunque su popularidad en estos años ha crecido como la espuma “siempre seré una revelación, tendré 60 años y para algunos seguiré siendo una sorpresa”. Aún así, es consciente de que su nombre está en boca de muchos. “Pero no me lo creo demasiado; tal vez por cómo soy, siempre he escapado de las adulaciones”. De momento, eso sí, toca volver a Gasteiz, a una ciudad y un Principal para el que Etxeandia sólo tiene buenas palabras. Y canciones. - DNA