Cannes - Sean Penn presentó ayer en Cannes The Last Face, un filme que denuncia los conflictos humanitarios en el mundo, pero también una historia de amor, porque el cine debe entretener, pero solo si “el entretenimiento no es sinónimo del comportamiento de Donald Trump”.

Lo que las crisis humanitarias, el problema del hambre, hacen es “alejarnos de nuestra humanidad”. Encontrar “belleza a nuestro alrededor es una forma de buscarle una solución, pero lo que consideramos belleza es más bien una perversión. Y eso es lamentable”, reflexionó el realizador. Protagonizada por Charlize Theron y Javier Bardem, The Last Face recibió ayer duras críticas tras su primer pase para la prensa, a cuyo fin hubo abucheos, lo que no impidió al director asegurar que la defiende “tal y como es”, aunque señaló que “todo el mundo tiene derecho a su opinión”. Una película pretenciosa y grandilocuente que busca la belleza -especialmente de Charlize Theron- en medio del caos de varios conflictos en África, sobre todo en Sierra Leona, donde se desarrolla la historia de amor de estos dos médicos cuyo trabajo está centrado en la ayuda humanitaria. Unos médicos que pueden ser los héroes de la historia, aunque en realidad son la gente de esos lugares, que tienen “vidas extremadamente difíciles, los verdaderos héroes”, en opinión de Penn.

Al respecto, Bardem señaló que para él los héroes del mundo actual son “la gente normal que trata de alimentar a sus hijos con un salario horrible o sin trabajo”, aunque también valoró el trabajo de médicos como el que interpreta y citó el caso del último pediatra que quedaba en la zona controlada por los rebeldes sirios y que falleció en un bombardeo hace pocos días. “Lo que hacen es tan grande y tan inalcanzable para mí que yo los llamaría héroes”, agregó el actor español. Mientras, Theron expresó su admiración por las personas que trabajan en esas “brutales condiciones en lugares de conflicto, entre el dolor y el sufrimiento”. Y también señaló, por lo que ella ha conocido durante el rodaje, esas personas no se creen más importantes por el trabajo que realizan. No lo hacen por eso ni por una cuestión de ego, sino porque conectan con la gente con la que viven y a la que quieren ayudar, indicó. “Es lo ultimo en lo que pensarían. Solo piensan en la inmediatez de lo que hay que hacer”, resaltó.

‘The neon demon’ También compitió ayer el director danés Nicolas Winding Refn, para quien “la reacción es la esencia” del arte y la creatividad, y eso es lo que busca siempre con sus películas y lo que logró en Cannes con The Neon Demon, una película sobre lo aterrador que es el mundo actual, obsesionado por la belleza. “Creo que es extremadamente duro” vivir en una sociedad en la que cuenta cómo eres físicamente, algo que depende de cómo has nacido”, señaló Winding Refn sobre el tema que centra su película, que también fue recibida con abucheos en su pase de prensa. Algo que no le preocupa a una director que considera la división y la protesta como parte del proceso global del artista.

“Si no provoco división, ¿qué hacemos aquí?”, dijo el realizador. En el caso de The Neon Demon, la provocación está en la pura belleza que domina nuestra sociedad. Protagonizada por Elle Fanning y con Keanu Reeves y Jena Malone, The Neon Demon cuenta cómo Jesse, una joven de 16 años, llega a Los Ángeles para hacerse un hueco como modelo. Jesse (Fanning) se encuentra con una ciudad llena de luces pero también de sombras y se rodea de una serie de personajes dominados por la estética en una película llena de escenas extremas, incluida una de necrofilia.