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El flamenco llora y canta la muerte de Manuel Molina

El compositor y guitarrista, del dúo Lole y Manuel, falleció a los 67 años

El flamenco llora y canta la muerte de Manuel MolinaFoto: Efe

Sevilla - El compositor, guitarrista y cantaor Manuel Molina, del dúo Lole y Manuel, falleció ayer a los 67 años en San Juan de Aznalfarache (Sevilla). Hace ocho años le operaron de un cáncer de garganta y se “sacrificó” bajando “de tres a una” cajetillas de tabaco diarias porque quería seguir cantando. Cuando hace cinco meses le detectaron un tumor de pulmón, Manuel Molina decidió que seguiría “como si nada” y se negó a cualquier tratamiento. Lo cuenta a Efe su hermano y manager durante 30 años, Jesús, que está “tranquilo” y “conforme” porque el artista ha fallecido mientras dormía y no ha sufrido “demasiado” aunque el deterioro en el último mes era ya “muy grande”. “Manuel no quiso darse quimioterapia ni pisar el hospital. No ha tenido ningún tratamiento más que cosas seminaturales. El destino es el de cada uno y se acabó”, resume Jesús.

Trayectoria Manuel Molina Jiménez, nacido en Ceuta en 1948 pero afincado en Sevilla, formó parte con Dolores Montoya (Sevilla, 1954) del dúo flamenco Lole y Manuel, con quien se casó y fueron padres de la también artista Alba Molina (Sevilla, 1978). A principios de los años setenta comenzó su carrera con el trío Los gitanillos del Tardón, en el que estaban Antonio Cortés Chiquetete y Manuel Domínguez.

“El flamenco no le importaba a nadie. Ahora -señalaba a Efe- el flamenco de verdad vende discos porque hay gente auténtica que sabe hacerlo y gracias a Camarón, que fue capaz de hacer escuchar a la gente desde lo más sencillo, una bulería, a lo más complicado, las seguirillas”.

Conoció a la que sería su mujer y formó con ella el dúo Lole y Manuel. “Aunque no fuimos muy bien recibidos al principio, -aseguraba- conseguimos abrir una ventana al flamenco de cara al público en general”. Cuando inició su carrera en solitario, en 1999, temblaba por la reacción del público, sacó su disco La calle del beso y se enfrentó a la música cantando, algo a lo que no estaba acostumbrado su público, y en un momento en el que el flamenco vivía uno de sus mejores momentos. Más tarde, produjo el disco de su hija Alba Molina con quien contó para la grabación de su debut en solitario: “hice pruebas a otras mujeres pero al final fue Alba la que más me gustó, quizá porque por el hecho de estar en casa sabía lo que yo quería para mi disco”.

Una de las últimas actuaciones de Manuel Molina fue el pasado año acompañando a Alba en Madrid, en esa ocasión también cantando, aunque siempre prefirió quedarse “mudo” y ser conocido “solo” como “la música y letra” de Lole.

En 2014, los Molina estrenaron en el ciclo Flamenco en la dos del teatro Fernán Gómez, el espectáculo Flamenco, versos y fuego, una cosa que el guitarrista definía en una entrevista con Efe como “muy bonita” y que permitió que el público volviera a tener el privilegio de oír al que fue la mitad de Lole y Manuel. - EfeFirma