Donostia. Los mellizos más conocidos de los tebeos de Escobar saltan a la gran pantalla de la mano del director Óskar Santos. Ser de carne y hueso no ha frenado a la pareja de hermanos, sino que han salido de su rutina y se han embarcado en una aventura que no olvidarán tan fácilmente. Zipi y Zape y el club de la canica es una película en la que toda la familia podrá disfrutar a partir del 4 de octubre en todos los cines, aunque ya ha sido estrenada en la sección Velódromo de Zinemaldia.

En la película, Zipi y Zape van a una escuela de verano, más parecido a un reformatorio que a una escuela. Allí conocerán a Micro, Filo y Matilde, con los que formarán el club de la canica para revelarse contra el malísimo director del centro, Falconetti. Un mapa del tesoro será el detonante que hará que el club se sumerja en una gran aventura.

Su director, Óskar Santos, tuvo que buscar una fórmula para que la historia conquistase tanto a los más pequeños como a los padres que les acompañan a ver la película. "Pretendemos que los padres que van con un libro al cine no tengan ganas de abrirlo, que disfruten como niños", comenta. "Para eso hay que hacer una película que mezcle un poco todo, que sea lo suficientemente ingenua pero que a la vez tenga cierta complejidad, que los personajes tengan un sentido", asegura. También cree importante que atrape al público, que divierta, que remita a la infancia de los adultos y que sea fácilmente identificable para los niños de hoy en día. Suena complicado, pero Santos ha sabido a dónde mirar. "Me he fijado en el cine de cuando era niño, en películas que 30 años después, perduran", asegura.

El director leía a Zipi y Zape cuando era pequeño. "Era muy fan de los cómics", comenta, pero cuando empezó con la película, no volvió a leerlos. "Quería quedarme con la esencia de los personajes, porque Zipi y Zape representan el espíritu infantil, y eso es algo eterno y universal", señala. Pero sentía que el contexto no servía hoy en día, así que prefirió hacer una película de aventuras como las que él veía. Este género es algo nuevo para el director, pero él considera algo lógico. "Como espectador, me gusta todo tipo de género, así que me apetece hacer películas que sean distintas", cuenta.

No se arrepiente de probar el cine de aventuras, se muestra muy contento con el resultado. "Si hace tres años me llegan a decir que iba a quedar así, no me lo creo", afirma el director. Aunque el trabajo fuese duro y sufriesen, Santos echa la mirada atrás y sólo se puede quedar con lo bueno, con lo que han trabajado. "Estamos satisfechos de que el trabajo realizado luzca ahora en la pantalla", declara.

Los protagonistas

"Ha sido una experiencia única"

Raúl Rivas y Daniel Cerezo han interpretado a Zipi y Zape, respectivamente. Con tan solo trece años, era la primera vez que trabajaban en el cine y están encantados con haberlo hecho. De hecho, no han tardado en colgar el póster de la película en su habitación como recuerdo. "Nunca me hubiese presentado al casting", cuenta Cerezo, que tuvo la suerte de que le llamaran para el casting. Rivas se apuntó en su colegio, porque "me apunto a todo". Después de muchas pruebas, consiguieron quedarse con los papeles protagonistas y vivir una experiencia que ambos consideran "única".

Puede que su parecido con los personajes influyese en eso. Rivas se describe como alguien "enamoradizo y algo travieso", como Zipi. Cerezo, en cambio, no se considera tan rebelde como Zape, aunque asegura que "algo de diablillo tengo". Sin duda, la mayor diferencia con su personaje es su color de pelo, ya que el joven actor es rubio. "Cuando me dijeron que me cogieron, pensaba que sería Zipi, pero después vi a Raúl y dudé". Al principio le gustó tener que interpretar al hermano moreno, pero le gustaba más el personaje y enseguida se acostumbró al cambio de look.

En cuanto al equipo con el que han trabajado, se muestran encantados. "Con los actores del club de la canica somos una piña, cuando teníamos tiempo libre hacíamos planes juntos", cuentan. De los mayores, agradecen, sobre todo, haber aprendido tanto. "Javier Gutiérrez, que interpreta a Falconetti, nos ha enseñado mucho", coinciden. Del director no tienen más que buenas palabras. "Óskar es como un miembro más del club de la canica, nos ha ayudado mucho y para nosotros es muy especial", declara Rivas. Cerezo añade que "no podría imaginar esto con otro director". Aunque antes no imaginasen su futuro como actores, ahora ambos están deseando de repetir.