Madrid. María Asquerino ha muerto a los 85 años tras una vida que ella definía como "inconstante", pero que fue más bien insobornable. Ganadora de un Goya, de la Medalla del Mérito de las Bellas Artes o el Mayte de Teatro, ha sido reconocida por José María Pou como "la actriz más libre de España y pagó por ello".
María Asquerino, una de las más sobresalientes en el teatro y cine español de la posguerra, murió la noche del martes en Madrid, su ciudad natal, por una enfermedad pulmonar, cuando era trasladada por los servicios de emergencias.
Asquerino, nacida en noviembre de 1927, pasó siete décadas sobre los escenarios y se retiró a finales de 2008 tras representar Tío Vania en el Teatro María Guerrero, informó ayer en una nota la asociación de Artistas Intérpretes AISGE, de la que era miembro. En la trayectoria profesional de María Serrano Muro, su nombre real, destacan sus trabajos en el teatro o personajes como el de Pili en el largometraje Surcos (1951), además de distinguirse por su carácter de mujer "fatal, decidida e independiente", continúa la nota.
María Asquerino atribuía su fuerte carácter a sus ascendientes familiares "de actores y militares". Sólo estuvo casada una vez, de los 17 a los 19 años con un hombre al que consideró "un maltratador", no tuvo hijos, y abrió camino a las mujeres: "Fui de las primeras en llevar pantalones", decía en sus Memorias (1986). También fundó una tertulia en el mítico Bocaccio, de Madrid.
Debutó en el Teatro de la Comedia a los once años con un papel masculino, de botones, en Eloísa está debajo de un almendro, y en 1944 en el cine con Aventura. Durante siete décadas combinó cine y teatro con papeles memorables como el de Pili en el largometraje Surcos (1951) o Jimena en la producción teatral Anillos para una dama. Entre los premios que ganó se incluyen un Goya a la mejor interpretación femenina de reparto en 1989 por El mar y el tiempo, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el galardón a Toda Una Vida que le concedió en 2008 la Unión de Actores.
Adelantada a su tiempo Una mujer moderna adelantada a su tiempo, "sincera, comprometida y libre". Así era María Asquerino, en palabras de Gerardo Vera. Con el "pagó por ello", José María Pou se refería a lo insobornable de su carácter, a lo intenso de su mirada, a lo ardiente de su vida sentimental y a, como ella decía, "ser la primera española que llevó pantalones". "María es el más claro ejemplo de una mujer libre que pagó con la soledad y el olvido no haber querido estar atada a determinadas cosas. Era una fuerza de la naturaleza en el escenario. Una auténtica reina", continuaba Pou. Libre en el trabajo y en el amor, acabó sin dinero y sin familia. Ella misma se lamentaba de haber acabado "sola, como un pobre perro en la carretera". La Casa del Actor, de hecho, denunciaba que había sido una de las víctimas de la paralización de su proyecto de jubilación para los actores, pues Asquerino, quien estuvo en brazos de tantos hombres y que sedujo hasta a Orson Welles -al que dio largas en el Festival de Cannes de 1952-, acabó sus días en una residencia.