De fondo aparece la voz de José Saramago: la alternativa al neoliberalismo se llama conciencia. "Somos ignorantes en la sociedad, somos carne de cañón en el punto de mira; las marionetas de un patrón injusto que nos lleva a su terreno contándonos mentiras; y yo propongo una revolución para así poder cambiar las reglas", canta el gasteiztarra Ander Valverde. Suena el penúltimo corte del nuevo disco de Green Valley. Y llega el estribillo: "yo quiero más compromiso con la verdad, filosofía de unidad, una comunidad despierta y dispuesta para actuar".

La voz del pueblo. Así se llama el segundo trabajo de la formación medio alavesa, medio catalana, un álbum que vio la luz la pasada primavera y que el combo se encuentra desgranando este verano a lo largo de su larga lista de conciertos por diferentes puntos del Estado. Un CD que se puede conseguir de manera física pero que también ahora se ha puesto a disposición de cualquiera a través de la descarga gratuita vía Internet. Un nuevo paso tras En tus manos por la senda del reggae, sin perder de vista en el camino al hip hop o al dance hall, siempre bajo la filosofía que Ander despliega en otro de los 16 cortes de esta nueva aventura: "mientras no haga daño a nadie, seguiré buscando la verdad en la calle, escribiendo lo que veo con el corazón".

Egoitz Uriarte (batería), Ander Larrea (guitarra), Guillermo Cuadrado (bajo), Jonathan Sánchez (teclista) y el mencionado Valverde sustentan un disco mezclado por Roberto Sánchez en los estudios A-Lone Ark Muzik y masterizado por Ibon Larruzea en Euridia, un trabajo en el que Green Valley ahonda, con más madurez, en su sonido, contando con la colaboración de Twan y Mandinka Warrior en la canción Revolution.

"Puedo cantar, puedo escribir otra canción de libertad; lo que no puedo hacer es decidir por ti, así que ponte en pie". La voz del pueblo está lleno de crítica social y política, como bien indica el título genérico de esta segunda entrega de la banda, pero no sólo. También hay tiempo para otras cuestiones, como por ejemplo para que Ander recuerde su niñez en Vitoria y su camino vital hacia la música. Y, cómo no, hay espacio para el optimismo: "si las cosas van mal, mira para el horizonte. Dale las gracias a la madre creación por estar vivo y respirar, por poder mirar al cielo cada noche hacia la luna".

Estas y otras letras del disco sonaron hace unos días en Laudio y a principios de junio en el barrio de Arana, sus dos últimas visitas a casa, aunque en realidad al grupo casi no le ha dado tiempo ha terminar la gira de En tus manos y empezar la de La voz del pueblo. La banda es carne de directo, de contacto con el público, así que el paso de un álbum a otro es más un relevo casi imperceptible que un punto y aparte. Eso sí, quienes no les hayan podido ver en estos dos recientes actuaciones en tierras alavesas pueden ir preparando la agenda para el 28 de diciembre y buscando sitio en la sala Jimmy Jazz.

De todas formas, Green Valley no para. Este mismo fin de semana, por ejemplo, toca otro concierto en Cataluña. "Pisa por donde puedas, no sólo donde ellos quieren", se escuchará en este nuevo cara a cara con sus seguidores, una familia que también salta fronteras gracias a las nuevas tecnologías y es que la banda no para de recibir peticiones a través de las redes sociales para que viaje hasta Colombia o México.

Semana tras semana, No todo rasta, Imagina, Mientras, Fuego purificador y Canción de libertad son algunas de las historias que transcurren en un La voz del pueblo cuyo mensaje genérico parece hoy, ante la situación actual, más necesario que nunca. "Llevamos muchos años callados con esta falsa realidad, nos engañan y nos roban, nos encierran, manipulan la verdad", canta Ander al que quiera escuchar y también al que no.