Vitoria. Pocas ediciones en los últimos años como la actual responden de manera tan fiel a la filosofía que en su día impulsó el nacimiento de la sección Jazz del Siglo XXI. El cartel diseñado en este 2012 para el escenario del Principal es un claro ejemplo de ese afán por rastrear entre bandas jóvenes de espíritu y carnet, entre grupos y solista que están reclamando atención aunque todavía permanezcan en ese apartado de la industria en el que bucean los aficionados más curiosos y la prensa especializada que, de verdad, se puede llamar así. Si ayer Tigran Hamasyan cumplía a la perfección con estos parámetros, lo mismo sucede con los tres protagonistas de esta tarde en la calle San Prudencio, Phronesis.
Ivo Neame (piano), Jasper Høiby (contrabajo) y Anton Eger (batería) no son unos novatos sobre las tablas, pero escandinavos y británico están consiguiendo sacar la cabeza dentro de la escena europea desde hace un par de años gracias a una propuesta tan sosegada como explosiva, dependiendo del momento. Ya han puesto alguna que otra pica en festivales de renombre y ahora les toca hacer lo propio en la capital alavesa, empeñados como están en demostrar que después de cuatro discos lo suyo no es flor de un día, ni mucho menos.
Hace nada salió su última propuesta, un Walking dark que está consiguiendo casi tan buena acogida como sus predecesores, aunque el calificativo de revulsivos del jazz actual es una losa demasiado pesada. En etiquetas grandilocuentes se ha perdido más de un músico interesante y ellos son tres (con especial mención para Høiby) que están por encima de calificativos. Cualquiera que hoy entre en el Principal y no tenga ninguna referencia de ellos seguro que no se olvida después.