BILBAO. Este concierto ha sido uno de los más esperados del año desde que se anunció la participación de Radiohead en el festival. Y es que han pasado ya cuatro años desde que la banda británica visitó el Estado por última vez en Barcelona y once desde que pisó estas tierras.

Alrededor de las 23:30 horas, Thom Yorke y los suyos han salido al escenario cargados de fuerza y muy seguros de si mismos frente a la multitud de fans que, expectantes, esperaban el arranque del concierto.

El quinteto ha sabido asegurarse la atención del público durante las casi dos horas de espectáculo, en el que ha habido tiempo para repasar los grandes clásicos de la banda, aunque con mayor hincapié en sus dos últimos álbumes, In rainbows y The King of Limbs, quizá sus mejores trabajos tras su inigualable Ok Computer del 97.

Un concierto impactante, natural e impecable en el que un entusiasmado Yorke se ha movido de un lado para otro en temas como "Bloom", con el que han dado comienzo, "Morning Mr. Magpie", "Feral", "Lotus flower" o "Pyramid song", en los que ha sacado a pasear sus mejores movimientos de cadera. Pero sin lugar a dudas los momentos más emocionantes de la noche han llegado con "Paranoid Android" y "Karma pólice", aclamadas por todos los asistentes.

En definitiva, un repertorio intachable, apoyado por un despliegue visual atroz, con imágenes minuciosas de los artistas, que ha dejado atónitos a los presentes. Los juegos de luces y las pantallas, renovadas tras el accidente en Toronto, han creado un ambiente sublime y, cuanto menos, psicodélico.

Un directo técnicamente perfecto, con un uso de las polirritmias magnifico y con un sonido extraordinario, que nada tiene que envidiar a las pistas de sus discos. Jonny Greenwood y Ed O'Brien, virtuosos de la guitarra, han deleitado al público con unos riffs apabullantes que han incrementado aún más las ovaciones.

Por su parte, el bajo del otro Greenwood y la aplastante batería de Selway han hecho eco de su calidad musical. En esta ocasión han contado también con una segunda batería adicional con la que han logrado entremezclar el sonido acústico y el electrónico de forma excepcional.

Para rematar la noche, los de Abingdon han engordado el apetito insaciable del público con temas como "Idioteque", "Reckoner", el acústico de "Give up the ghost" y la versión de "After the gold rush" de Neil Young.

El sonido inconfundible de "Kid A", de la calmada "Nude" y de otros tantos éxitos como "15 step", "The Gloaming" y "I might be wrong", han demostrado porqué Radiohead es uno de los mejores grupos de rock alternativo del panorama internacional.

Espectacular también el directo de los británicos The Kooks, que se han metido al público en el bolsillo desde el minuto uno. Las singulares melodías de "Naive", "Sofa song", "Ooh La", "If only" y "She moves in her own way", entre otras, han entusiasmado a los asistentes que no ha parado de cantar y moverse seducidos por el ritmo indie rock del cuarteto. El sonido electrónico experimental del inglés Four Tet ha convertido el escenario principal en un mundo imaginario y fascinante para el público que ha bailado al son de las mezclas de ritmos de jazz, soul, folk y hip-hop.

El cierre de la jornada lo han puesto los madrileños Vetusta Morla. Un año más, el público se ha dejado engatusar por temas míticos de la banda como "Sálvese quien pueda", "Un día en el mundo", "Saharabbe y Road", "Valiente" o "Lo que te hace grande", que han recordado que la noche aún era joven en esta segunda jornada.