BARCELONA. La investigación, que publica la revista 'Nature', se centra en las líneas de paralización del crecimiento (LAGs) en los huesos de un centenar de remugantes actuales, y concluye que la presencia de estas líneas no es un indicador de una fisiología propia de animales que no generan calor interno, ya que también están presentes en mamíferos de sangre caliente.

El estudio, que se ha realizado en colaboración con científicos del Instituto Polar de Noruega, desmonta el "argumento clave" de la hipótesis de que los dinosaurios fueron reptiles de sangre fría.

Las LAGs pueden apreciarse en cortes de huesos como unos anillos oscuros similares a los de los troncos arbóreos, y se forman en la estación fría cuando el crecimiento del organismo se para por falta de recursos.

Según los investigadores, su presencia era propia hasta la fecha de animales de sangre fría, ya que se relacionaba con la incapacidad del animal para mantener una temperatura corporal constante durante la estación de escasos recursos.

"El estudio que hemos hecho es muy potente, por la cantidad de material y la diversidad de especies con las que hemos trabajado, pero no lo diseñamos para encontrar la respuesta a la termofisiología de los dinosaurios", ha reconocido el investigador del ICP Meike Köhler.

El trabajo es el primer estudio sistemático basado en una muestra extensa de mamíferos y representativa de una gran diversidad de ecosistemas, por lo que los científicos aseguran que han demostrado que las LAGs en realidad son una "herencia común" de todos los vertebrados.