El grado de tolerancia y respeto hacia las manifestaciones culturales diferentes suele ser inversamente propocional al nivel de entendimiento en la sociedad y en la vida política de un país. La existencia en Euskadi de un conflicto armado de raíz política ha crispado la vida cultural dentro y fuera de Euskadi. Los ataques contra el bosque de Oma de Agustín Ibarrola refleja a las claras la falta de condescendencia hacia quien piensa diferente. Pero también un gran número de artistas vascos han sido cuestionados, censurados, criminalizados o incluso procesados por la intransigencia mostrada también al sur del Ebro. Baste recordar sólo la polémica que envolvió a Julio Medem en los Goya de 2004, donde fue recibido por víctimas del terrorismo con una pancarta que rezaba Contra el pelota vasco. La nuca contra la bala. La prensa más españolista y conservadora se cebó esos días con el realizador donostiarra y con los actores asistentes a la gala, tachados de cómplices y cobardes. El tema España huele a culo de los gasteiztarras Kódigo Norte o la iniciativa Rosas Blancas por la Paz de la actriz Pilar Bardem también recibieron los furibundos ataques de esa misma prensa atrincherada y con cualquier atisbo de neutralidad perdido por el camino. El músico irundarra Fermín Muguruza fue siempre uno de sus blancos preferidos, espoleado en esta ocasión por controversias donde el ex de Kortatu y Negu se vio envuelto. Su dedicatoria al clausurado diario Egunkaria al recoger el premio a la Mejor canción en euskera en la VII Edición de los Premios de la Música le valió todo tipo de cariñosos epítetos en la prensa madrileña y los silbidos y abucheos de sus colegas de profesión presentes en la gala. La presión social producida por unos despiadados ataques mediáticos de esa prensa y las acusaciones infundadas de la AVT también le hicieron ser objeto de la prohibición de dos conciertos en los que actuaba con Manu Chao. Su ta Gar y Soziedad Alkoholika se convirtieron en los nuevos blancos de sus iras, que consiguieron llevar a los alaveses a sentarse en el banquillo de la Audiencia Nacional. La concesión del Premio Euskadi de Literatura al huido Joseba Sarrionandia y su retención por parte del Gobierno Vasco ha sido la última polémica que ha sacudido la vida cultural vasca. >j.s.
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